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Rubén Omar Guillón
va a servir en los tiempos lluviosos para la transitabilidad de los colonos. La operatividad fluvial fue restringiéndose a medida que pasaba el tiempo, debido a múltiples factores: la aparición de nuevos medios de transportes en la región; la falta de limpieza y dragado del canal del río Bermejo, etc. Lo cierto es que hasta el año 1954 funcionaba un sistema de transporte precario —una balsa que trasladaba hasta 5000 Kg— y que por falta de mantenimiento, básicamente, en el mes de diciembre de 1954 ha dejado de funcionar. Para hacerse de alimentos, ropas, medicamentos, los nuevos pobladores programaban viajes hasta Resistencia en carretas (de entre cinco a diez), que —si el clima ayudaba— les demandaban casi treinta días en total (ida y vuelta). Volvían con buenas provisiones, que intercambian con los originarios canjeando por cueros, animales silvestres, que luego venderían en los comercios de la Capital. También volvían con noticias de sus familiares, que aguardaban respuesta de sus destinos. Allí estaba don Miguel Alonso para cumplir tal misión, ya que fue el primer transportista de correspondencia, durante los años 1912 y 1913. Entonces vendrán otros gringos con mayor solvencia económica, que tenían la buena nueva de la excelente producción que generaba la tierra: el algodón. En 1912 se instaló la primera desmotadora de algodón de los hermanos Fernando y Federico Schulz (de origen alemán), que se radicaron cerca del paraje “Tres Banderas”. Y en el año 1924 llegan los hermanos Moisés Juan y