BA RUGBY N° 10

Page 29

pág. 29 nación en el cerebro, para pensar mejor. Otro promedio que se sacó es que, por partido, un referee corre entre diez y doce kilómetros más que cualquier jugador. Obviamente, no tiene contacto físico, pero corre más. ¿La comunicación con los jugadores también cambió? Muchos coaches de referato sostienen que a los árbitros se les debe decir “señor”. A mí no me molesta que no me digan “señor”. Creo que el respeto pasa por otro lado. No tolero prepotentes. Me pueden decir “Achi” y tutearme, pero con respeto. El límite lo pongo yo. Antes un referee cobraba algo y nadie lo discutía. Hoy estamos cada vez más cerca del fútbol. Eso cambió mucho. El referee hoy tiene cámaras que lo siguen y el micrófono abierto. Entonces es esclavo de lo que dice. Si uno dice “sin manos”, y por cámara se ve que la tocan con la mano y el referee deja seguir jugando… Volviendo al tema de la comunicación, a veces se dice más con una mirada que con palabras. Si un jugador intenta faltarme el respeto, o me falta el respeto, mirándolo digo más que con una palabra y se da cuenta que estuvo mal.

siente un actor de teatro cuando sale a la función. Se puede estar nervioso pero se debe lograr que todos vean al referee tranquilo, la procesión debe ir por dentro. No es bueno que un jugador te vea nervioso. Un partido en el que el tanteador está empatado, a cinco minutos del final, se puede definir por un error del árbitro, y esto por dentro se vive de una manera muy especial. Pero los que lo ven desde afuera no lo deben notar. ¿Y qué se hace entonces para lograr eso? En mi caso hace un mes y medio voy a hacer canto. Me gusta mucho y me relaja, pero soy un desastre cantando (risas). También trabajo con un psicólogo deportivo. Abordamos temas como el manejo de situaciones complicadas en un partido y la frustración. Es muy fácil sentir frustración siendo referee. André Watson, árbitro sudafricano que dirigió dos finales de Copa del Mundo y ahora maneja el referato en su país, estudió y sigue estudiando

¿Como fue tu carrera de referee? Empecé a dirigir en 2004, cuando dejé de jugar, y en 2005 debuté en primera. Haber jugado me ayudó mucho y también que la gente me reconociera por pertenecer a un club importante. Obviamente, uno rinde examen en cada partido. Me afiancé dirigiendo en primera en 2006. En 2009 me tocó dirigir en el circuito internacional de seven en las etapas de Hong Kong y Adelaida, y logré una mayor trascendencia. En 2010 me tocaron las etapas de Wellington, Las Vegas, Hong Kong y Adelaida, junto con el Mundial Juvenil en Rosario. Sentí que subí un escalón muy grande a nivel nacional e internacional en esos dos años. Fueron dos años muy movidos donde aprendí mucho y disfruté, pero también al finalizar sentí cierto agotamiento, no físico pero si mental. Hay cierto “stress” de dirigir en torneos tan importantes. ¿Y cómo

manejás ese

“stress” y

la ansie-

dad antes de los partidos?

No soy una persona que se ponga muy ansiosa antes de los partidos. Lo vivo con naturalidad y calma porque disfruto mucho el hecho de dirigir. Me transformo cuando entro a la cancha. Puedo estar sin dormir la noche anterior, como cuando era jugador. Pero al entrar al vestuario me transformo. Para mí entrar a una cancha es muy parecido a lo que

teatro. Cuando dirigía, le llevaba los videos de sus partidos a su profesor de teatro. Le pedía que lo ayudara a manejar su “lenguaje corporal”. Hay una anécdota muy interesante sobre

Un debut muy especial En 2005, en mi primer partido oficial en primera… Olivos vs. SIC. Ganó Olivos 1310. Cobré un try para Olivos y Federico Serra, que es todo un caballero, se me acercó y me dijo: “Achi, ¿estás seguro de que fue try?”. Yo le contesté: “absolutamente”. Cuando la vi el domingo por televisión, parecía más una “volcada” de la NBA que una jugada de rugby… Creo que nunca recibí tantos mensajes de texto, y mails en mi vida… (risas)


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.