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ZONA MIXTA Por Paco Gil Mora
NUEVO AÑO, LOS MISMOS DESEOS Podemos iniciar un nuevo año con dos actitudes; de forma positiva y utópica, de pedir a Papá Noel, Reyes Magos, Frosty, Rodolfo o Grinch que se acaben los malos ejemplos en las instalaciones deportivas, o directamente, maduramos de una vez por todas, nos dejamos de milongas y le pedimos directamente los regalos a los padres. Lo podemos hacer en forma de carta: “Queridos padres violentos, maleducados, irrespetuosos y fantoches, queréis hacer el favor de dejar a vuestros hijos practicar deporte sin inmiscuiros, y sobre todo, sin que se avergüencen de sus progenitores”. También podría ser en forma de agradecimiento: “Estimada familia, es lamentable tener que agradecer un comportamiento cívico, pero en esas andamos, así que vuestra labor de saber estar es fundamental para que las ovejas negras, en serio peligro de proliferación, cojan el caminito de la estulticia y vayan a hacer el tonto a otra parte”. Habrán leído en varias ocasiones la importancia que le doy al entorno del deportista. Y no hablo de los adolescentes, que por suerte o por desgracia, ya han emprendido el camino de la supervivencia con las directrices, o sin ellas, de su parentela. Me refiero a los pequeños, a los infantes. Ahí está el futuro del mundo y en este caso, el del deporte. Nuevo año y aparte de las cansinas promesas de adelgazar, dejar de fumar y hacer deporte, creo que esta debería ser una de las prioritarias; fomentar los valores del deporte en los niños y niñas que practican cualquier disciplina. Elegir bien a los entrenadores, monitores y educadores. Partiendo de la base del mérito que atribuyo a toda persona que dedica tiempo y esfuerzo al entrenamiento de deportistas, considero elemental que estén preparados y sepan en todo momento lo que hacen. Para todas las profesiones, labores y ocupaciones se necesitan cualidades, títulos o conocimientos en la materia y no podemos hacer una excepción con algo tan transcendental como el desarrollo y la educación deportiva de las nuevas generaciones; de los conductores de la sociedad. Y hago hincapié en esta cruzada porque está visto y comprobado que el deporte senior, de los mayores, adultos, maduros o como lo queráis llamar, está atrofiado, viciado y direccionado hacia la discusión, los exabruptos y las brusquedades. Si a eso unimos el deporte profesional, terminamos en depresión. Corrupción, violencia, agresividad, malos ejemplos, conductas irresponsables, gestos denunciables y un largo etcétera cuya única solución es que la sabia nueva arrase con las malas hierbas. El presente es inamovible, no nos engañemos, es lo que hay. Pedir positivismo, manifestaciones y denuncias es para nada. Aquí ya no hay quien cambie, recapacite o mude la piel de la estupidez. Somos lo que somos y así nos quedaremos. Tengamos la esperanza y sobre todo la obligación y el deber, de trasladar e infundir a los pequeños justo lo contrario de lo que la sociedad actual está haciendo. Dicen que a los hijos se les quiere como a nada en el mundo. Que es un amor inefable. Que se da la vida por ellos. ¿Si?. ¿De verdad?. Pues venga, a demostrarlo. Porque más de uno todavía no se ha enterado de que son espejos en los que se miran, héroes a los que quieren imitar. Los padres tienen la fortuna de recibir, sin nada a cambio, la admiración de sus hijos. No lo echéis todo a perder. Hagan el favor.
El Semáforo del mes UN GRAN VERDE PARA NUESTRO DEPORTE Enhorabuena a los galardonados en los IX Premios Jugador Doce sin olvidarnos de todos nominados que no pudieron hacerse con el título, no tenemos dudas que todos son merecedores de estos premios, el alto nivel de todo engrandecen nuestro deporte y esta gala. No queremos olvidamos de las demás entidades y deportistas, que durante el año logran con creces superar sus objetivos, ya sea ganar títulos, conseguir grandes marcas o simplemente lograr terminar una temporada. Todos ellos son los principales protagonistas de nuestras páginas. Despedimos un año muy bueno para nuestro deporte, en el que hemos visto a muchos de nuestros deportistas levantar un ansiado trofeo de campeón. Debemos seguir celebrando, disfrutando de la buena salud de nuestro deporte, es mucho trabajo el que hay detrás de cada deportista, una gran y sacrificada historia, para ellos este pequeño reconocimiento. A los padres, paciencia, dejen que los pasos los den ellos. Aconsejar está muy bien, hagan sólo eso, no intenten que consigan lo que ustedes no lograron. Y no queremos olvidarnos de aquellas personas, entidades, o colectivos privados que durante estas fechas guardan un gran tiempo de sus vidas para hacer feliz al que más lo necesita, organizando recogidas de alimentos y juguetes.
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