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El stress, una de las principales causas del bruxismo
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El estrés es una de las principales causas del bruxismo
Por Víctor Lucas, subdirector del HDEA · Fotos de archivo
El bruxismo es coloquialmente conocido como apretar o rechinar los dientes y puede afectar tanto a los adultos como a los niños. Los especialistas apuntan que el mayor desencadenante del bruxismo es el estrés; sin embargo, hay varios factores que infuyen como la desalineación de las piezas dentales, la capacidad o la difcultad para relajarse, la dieta, la postura y los hábitos de sueño. Aunque suele ser de tipo nocturno, también puede darse durante el día. El bruxismo afecta a un 10-20 por ciento de la población. Se trata de una disfunción de la articulación mandibular (ATM), que es una bisagra que une el maxilar superior y la mandíbula, es una de las articulaciones más complejas de nuestro cuerpo y es la responsable de los movimientos que realizamos con la mandíbula. Este trastorno se caracteriza por la alteración de la ATM, de los músculos mandibulares y de las estructuras adyacentes. Se manifesta clínicamente como si la mandíbula saltara o se atascara por unos segundos. También va asociado a una gran contractura de los músculos elevadores de la mandíbula, lo que produce dolor de cabeza e incluso se puede irradiar hacia las cervicales. Para la mayoría de las personas el bruxismo es un hábito inconsciente. Puede que alguien comente que le escucha rechinar los dientes por la noche o que empieza a notar los dientes desgastados o el esmalte fracturado. Algunos de los síntomas más comunes de la alteración de la ATM son: • Dolores de cabeza o de oídos, dolor y/o presión debajo de los ojos. • Dolor al abrir la boca ampliamente, chasquido mandibular. • Mandíbulas que se traban o se desencajan. • Desgaste dental. Muchos pacientes vienen a nuestra consulta derivados del otorrino, pues padecen un dolor inespecífco a la altura del oído externo. Para averiguar el origen y el grado de esta patología se deben realizar diversas pruebas como, por ejemplo, modelos articulados de la cavidad oral, radiografías o resonancias magnéticas para valorar el problema y aplicar un tratamiento correcto y personalizado. En la mayoría de las ocasiones se solucionará con un ajuste oclusal moderado y la fabricación de una férula dental nocturna. En otras ocasiones es tal la pérdida de sustancia dentaria que es necesario rehabilitarla mediante coronas, como el caso mostrado más abajo.