Transvisual #4

Page 66

cine, que era de izquierda. Pero de la situación de ese momento a la actual no sé con cuál quedarme, porque había lucha, y ahora estamos todos entregados. Quiero mostrarles algo para que vean cómo se trabajaba en aquella época. En el grupo la mayoría eran pintores, como siempre. Los escultores éramos Claudio Girola, ­Jorge Souza y yo, y nos reuníamos los tres para estudiar la escultura que hacíamos. Decíamos: si tomamos un balde lleno de agua hasta el tope, y ponemos una piedra, sale tanta agua. No nos convencía eso, porque era la dominación del volumen. Si tomamos otro balde, al tope de agua, y ponemos una línea, el agua no desborda; es decir, la línea es tan potente como el volumen. El tercer paso era una máquina de ferrocarril y dos vías: toneladas mantenidas por dos líneas. No necesitábamos el volumen. Y aquí empezó todo el movimiento del arte concreto en la escultura. Se trabajó mucho con la línea en el espacio; éste se convertía en el volumen, solo que era un volumen virtual, porque para ver una escultura lineal, lo que hay que ver no es la línea, sino el espacio. Llegar a verlo es cuestión de práctica de los ojos: ver que el espacio existe cuando uno lo reinventa. Pensemos en una manzana. Tenemos un

64 transvisual

volumen, pero al pelarla me quedo con lo mínimo y empiezo a trabajarlo. O sea: el espacio existe en el sentido de volumen, pero volumen virtual; concentré el espacio, lo agarré y lo fijé. Aquí terminaron el arte y la escultura concretos. Yo me siento feliz de haber pertenecido a ese grupo que movió el ambiente artístico en aquel momento; no solamente nosotros, sino también el grupo Madí. Fueron dos movimientos que parecían iguales, pero no lo eran. Pienso que el grupo de Arte Concreto fue consciente en 1952, cuando dijo: “Basta, el problema está agotado, ahora viene la responsabilidad individual”. No fue así con el movimiento Madí, que todavía sigue creyendo que en todo el mundo se habla de ellos y que todos tienen que hacer arte Madí. ¿Qué aburrimiento, no? El grupo concreto se juntaba con los surrealistas, y el surrealismo era Aldo Pellegrini, un gran amigo, un gran crítico. En una de esas reuniones Pellegrini me miró y me dijo: “Yo no sé por qué estás en el grupo concreto, porque de concreto no tenés nada, sos un hombre libre”. Siempre me quedó eso; pensé: “Tiene razón”. En una de las últimas reuniones del grupo concreto presenté un boceto de una


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.