"Diálogo artístico durante la Edad Media. Arte islámico-arte mudéjar"

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El espacio conquistado en el bajo valle del Guadalquivir...

incluyendo reformas decorativas y/o arquitectónicas. Estos cambios presentan múltiples variantes, estando en función de la relevancia del edificio de culto y su simbología, del núcleo poblacional en que se encuentra y, lógicamente, de los medios económicos existentes. Estas transformaciones se produjeron a lo largo del tiempo prolongándose a veces siglos, como consecuencia del proceso permanente de renovación al que estos edificios religiosos están sometidos a causa de su conservación, los cambios en los estilos artísticos o las reformas litúrgicas. «Estas distintas acciones de ocultamiento, conservación o destrucción no son aleatorias, tienen un sentido, como la memoria y el olvido, participando de un proceso activo de constitución de una identidad»,37 llegando en casos extremos a la completa desaparición del santuario pre-cristiano.

Las acciones inmediatas e imperativas para la cristianización de las mezquitas La purificación del santuario implica varias acciones distintas. Por una parte, la limpieza de objetos ligados al culto musulmán. En la crónica de Jiménez de Rada se describe el proceso como «alimpiar el templo de la suciedat del falso Mahomat. E puso altares, e consagrola, e puso campanas en la torre».38 Este «alimpiar» consistía en eliminar elementos muebles de las mezquitas como la maqsura o el mimbar, presentes en la mezquita mayor. Otros objetos a eliminar eran los coranes, situados en estanterías próximas al mihrab, y no sabemos si también eran eliminadas esteras y alfombras que cubrían el pavimento de la sala de oración. No obstante, en el caso de la mezquita mayor de Córdoba, el mimbar permaneció en su habitación junto al mihrab, sin poder aclarar si estaba como trofeo de guerra o por seguir siendo usado como púlpito episcopal. 39Por otra, la purificación del edificio, que se hacía a través de una ceremonia parecida a un exorcismo. Era un proceso complejo descrito en la Primera Partida que implicaba hasta ocho operaciones distintas, que eran las siguientes:40 •

37 38

39 40 41

«La primera que han de fazer doze cruzes aderredor de la iglesia en las paredes de parte de dentro, tan altas que las no pueda ninguno alcançar con la mano, tres a parte de oriente e tres a occidente e tres faza medio día e otras tres a septentrión»: las señales de cruces y encerrar en el altar las reliquias dan a entender que los cristianos encuentran amparo en la iglesia por el poder de nuestro señor Jesucristo y por las reliquias de los santos, depositadas en ella.41

Ibídem, p. 349. Trad. Magdalena Valor. Jiménez de Rada (ed. 1893), p. 404. Magdalena Valor e Isabel Montes (1997). De mezquitas a iglesias: el caso de Sevilla, en Guy de Boe y Frans Verhaeghe (eds.). Religion and belief in Medieval Europe, vol. 4. Zellik: Instituut voor het Archeologisch Patrimonium, pp. 139-148. Heather Ecker (2003). «The Great Mosque of Cordoba in the 12th and 13th centuries». Op. Cit., p. 118. Las Partidas, ley XVI. Op. Cit., p. 280: «Qué cosas ha mester la eglesia pora seer fecha complidamientre». Ibídem, ley XX, pp. 283-284: «Por qué llaman a la iglesia casa de emparamiento».

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