Perfil
¿A qué edad empezaste a jugar al golf y por qué? Casi que apenas pude caminar, ya estaba pegándole a la pelotita. Mis papás juegan al golf desde hace muchos años, se conocieron en el golf del country de City Bell del Club Estudiantes de La Plata, por lo que siempre estuve ligado al deporte y la verdad es que no recuerdo cuándo fue la primera vez que jugué. ¿Qué es lo que más te gusta del golf? Su dificultad, sin dudas. Es un deporte muy complicado, y el hecho de que no tengas un rival que incida en el resultado, hace que todo lo que sucede en la cancha dependa solamente de vos. Eso es lo que más me llama la atención del deporte. Además, competir me gusta mucho, aunque a veces sea cansador. ¿En algún momento pensaste en dejar tu carrera para dedicarte al golf? No. Si bien es muy lindo el deporte y la competencia, la vida del deportista profesional en general, y la del golfista profesional, en particular, es realmente muy exigente. Muchos viajes, mucho tiempo de entrenamiento, se está muy lejos de la familia y amigos. ¿Cómo hacés para articular tu trabajo en el poder judicial y tu carrera como golfista? Trato de entrenar lo que puedo a la tarde, trabajo en la preparación física. Este año dediqué más horas al
gimnasio que en los anteriores, y eso me ayudó a llegar mejor físicamente a las competencias. Más allá de eso, hay semanas en las que no se puede entrenar tanto, pero trato sí o sí de jugar los sábados y domingos. Además, aprovecho las vacaciones para entrenar o jugar torneos, porque de otra forma no podría hacerlo. Si tuvieras que encontrar un punto en común entre el golfista y el abogado ¿cuál sería? Si bien entre la abogacía y el golf no hay mucho en común, sí advierto que la forma en que se encara una ronda de competencia se parece un poco a cómo uno aborda un expediente. Conocer bien lo que uno tiene para enfrentar, lo que uno tiene por delante, cuál es la mejor estrategia para atacar o defenderse, y tenerla en claro desde un principio. Lic. Dana I. Chiérico
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