El Hombre Multiorgasmico

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Numerosos hombres se sienten atraídos o interesados por estar en relación con más de una mujer, sin embargo, muy pocos hombres pueden amar a más de una mujer al mismo tiempo y sentirse verdaderamente serenos. Si crees que tú puedes hacerlo, debes estar preparado a dedicar mucho esfuerzo a transformar y equilibrar sus energías. Recuerda que la energía sexual simplemente amplifica las emociones que sientes. El sexo es la herramienta más poderosa para cultivar una relación y unir nuestras vidas, pero también puede ser un arma afilada que corte esos lazos dejando cicatrices duraderas. Como muchos de los que vivieron la revolución sexual de los años sesenta aprendieron, «el amor no es gratuito»: el conocimiento sexual tiene un precio muy alto y debe ser valorado de acuerdo a él.

Enseñar a Nuestros Hijos Lo más probable es que nadie te contara nada sobre kung fu sexual durante tu crecimiento, cuando estabas aprendiendo acerca de la sexualidad. Pocas personas son tan afortunadas. La mayoría de los muchachos aprenden muy poco de sexualidad y prácticamente nada que sea útil. Se les deja tantear en la oscuridad en busca de la intimidad y el placer. Como un hombre multiorgásmico explicó: «Para mí, descubrir la sexualidad taoísta fue como encontrarme con una información y una guía que sentía que alguien debería haberme explicado desde el principio. Tenía la sensación de que había encontrado la verdadera forma de hacer el amor, y la antigua me parecía ridícula, vergonzosa, e incluso egoísta». Tienes la oportunidad de ayudar a tu hijo a evitar esta situación y de ahorrarle buena parte del miedo y de la frustración que equivocadamente asumimos como parte inevitable de su crecimiento.

NI PÁJAROS NI ABEJAS Ambos padres tienen un importante papel que jugar en la educación sexual de sus hijos e hijas, pero como este es un libro fundamentalmente dedicado a los hombres, nos centraremos especialmente en los padres e hijos, aunque mucho de lo que diremos también es aplicable a las madres e hijas. Cuando la gente piensa en conversaciones sobre sexualidad entre padre e hijo, se suele pensar en las famosas charlas de hombre a hombre sobre pájaros o abejas que tienen lugar cuando el muchacho va madurando. Actualmente los niños crecen demasiado rápido como para que estos comentarios peregrinos les sirvan de algo, si es que alguna vez sirvieron. En realidad, en la adolescencia el desarrollo de tu hijo ya está demasiado avanzado como para empezar a establecer con él un diálogo sobre la sexualidad. Pero si consigues mantener una relación abierta con tu hijo, esa charla no será necesaria. La curiosidad infantil respecto al sexo comienza muy pronto y la sexualidad infantil todavía antes. Cualquiera que haya observado a un niño tocándose y estirándose el pene y el escroto (¡que a veces están muy duros!) sabe que estas exploraciones no son casuales. El niño siente placer, más placer que el que siente cuando se tira de los dedos del pie, por ejemplo. Los niños son seres sexuales, o deberíamos decir seres sensuales, ya que generalmente asociamos la sexualidad a estadios más avanzados del desarrollo. Sin embargo, su placer físico y genital es innegable, por mucho que intentemos negarlo. Freud llamaba a la sensualidad infantil «perversidad polimorfa», pero en ella no hay nada perverso a excepción de nuestros intentos de reprimirla. Tu forma de responder a las exploraciones de tu hijo y a las preguntas que te plantee sobre su cuerpo y el tuyo le enseñará mucho sobre sexualidad. Lo primero que puedes hacer por tu hijo es desarrollar una relación saludable y amorosa con tu sexualidad y animarle a que desarrolle una relación del mismo tipo con la suya.

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