Revista Construcciones Nº 1272

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Cámara Argentina de la Construcción // Escuela de Gestión de la Construcción

La cuestión ambiental y, en particular, la de la eficiencia energética es cada día más importante para el país. Con BIM podremos saber si lo que vamos a construir será energéticamente eficiente.

Por un lado, uno de los clásicos problemas de las licitaciones es que los proyectos licitados no cuentan con la información proyectual suficiente que permita al constructor hacer una oferta económica y técnica cierta y racional. La adopción de estándares comunes de diseño digital con información paramétrica de los objetos, la detección temprana de las interferencias de instalaciones, y la comprensión más cabal del proyecto modelado gracias a la visualización en 3D, son avances que BIM permitirá para el bien de la comunicación de los proyectos en las licitaciones y en su posterior construcción. Conviene recordar aquí que esta ventaja en la definición del proyecto supone mayor transparencia de las decisiones de licitación y adjudicación. Asimismo, BIM nos trae la posibilidad de gestionar plazos y costos en el mismo modelo digital, sin necesidad de contar con documentación gráfica impresa que, usualmente, queda desactualizada al poco tiempo de plotearse. La conexión con bases de costos, de estándares de rendimiento público o de cada empresa, la identificación de cada objeto con su información propia en cuanto costo o tiempos de adquisición, son algunas de las potencialidades que ya otros países están implementando para sus obras. La cuestión ambiental y, en particular, la de la eficiencia energética es cada día más importante para el país. Con BIM podremos saber si lo que vamos a construir será energéticamente eficiente. La Secretaría de Energía, por ejemplo, podrá lograr avances concretos en el tema del

etiquetado energético de vivienda antes de construir, lo que redundará en alertas tempranas que permitan mejorar a tiempo. Por último, pero no por ello menos importante, tenemos que entender que el mantenimiento de las obras públicas tiene que ser una consideración fundamental. Lo que se proyecta durante un par de años, se construye en tantos otros, finalmente se operará por unos cincuenta o más. Resulta eficiente, entonces, pensar también en aquellos cincuenta años de operación y mantenimiento. Ha surgido, en los últimos años, la figura del “Facility Manager” en bancos, oficinas y edificios privados. Las obras públicas, en pos de la eficiencia, tendrán que tomar ese camino. Aquí BIM vuelve a facilitar las cosas, dado que conseguiremos modelos digitales idénticos a las obras físicas. Con este paso que está dando el Estado argentino, logramos que el país comience a trabajar en la misma línea de transformación digital en la que se encuentran varios países de Latinoamérica como Chile, Brasil, Uruguay, México, Costa Rica y como lo vienen haciendo Estados Unidos, España, Francia, Australia y el Reino Unido. Sabemos que la adopción de BIM en las obras públicas aportará beneficios reales a la industria de la construcción. Con mayor racionalidad y transparencia, el Estado podrá construir más. Y sabemos las necesidades de infraestructura que toda la Nación tiene. Estamos, el sector público y el sector privado, en la misma línea de trabajo, por una industria mejor. ▪

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