´ ARAGON
Heraldo de Aragón l Lunes 7 de mayo de 2012
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«El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad». Albert Einstein, físico alemán (1879-1955)
SEGURIDAD CIUDADANA DELINCUENCIA EN EL MEDIO RURAL
Inquietud en los pueblos por la ola de robos y la falta de guardias civiles que patrullen Agentes de la AUGC plantean el cierre de cuarteles y la reagrupación de unidades para ganar movilidad Los funcionarios creen que el trabajo de vigilar puertas y el coste de los edificios merman la capacidad de respuesta ZARAGOZA. La creciente sensa-
ción de inseguridad que tienen los aragoneses que viven y trabajan en los pueblos de la Comunidad está dejando de ser una sensación subjetiva para convertirse en una realidad. Así lo expresan los alcaldes y lo reconocen los mismos guardias civiles encargados de luchar contra la delincuencia en el medio rural. Pero incluso la propia Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Guardia Civil ha tomado oficialmente medidas para «paliar el efecto que la pérdida de efectivos tendrá en la operatividad de las distintas unidades del Cuerpo». Así se recoge textualmente en la comunicación que el pasado 3 de enero envió a las comandancias sobre la reducción de oferta de empleo público. Un dato ilustra claramente la situación: este año han salido 126 vacantes en toda España para guardias civiles de nuevo ingreso, cuando en periodos pasados estaban sacando entre 4.000 o 5.000. Por eso, para «minimizar las consecuencias» de la pérdida de plantilla y «con el criterio de que las desigualdades que se produzcan se distribuyan de una manera lo más equitativa posible», la DAO ha hecho un estudio de las unidades territoriales y ha decidido que en todas aquellas que tengan «un nivel de cobertura superior a la media nacional» no serán anunciadas las vacantes existentes en el próximo concurso «ni en anuncios a medio plazo. De esta medida se libran solo once comandancias, entre las que se encuentran las tres de Aragón puesto que tanto Zaragoza como Teruel y Huesca ya están «por debajo de la media» en número de agentes. Preguntada sobre este extremo la Asociación Unificada de la
JESÚS MACIPE
La última víctima. Amelia Abián, de 76 años, vive angustiada desde que el pasado 24 de abril dos delincuentes entraron en su casa a las dos de la madrugada y la amordazaron y golpearon para robarle en su casa.
Guardia Civil (AUGC) en Aragón, su portavoz, Juan José García Calvo, explicó que con las plantillas mermadas y el sistema actual de despliegue no dan abasto. En estos momentos no se está llegando ni a lo que se entiende como primer escalafón de seguridad, que es la prevención y el auxilio. Alcaldes como el de Alfamén, Alejandro Gil, o de Lumpiaque, Mercedes Sediles, coinciden en que el medio rural está «muy abandonado» y que los agentes hacen todo lo que pueden pero «no llegan a todo». Ni para ellos ni para los de pueblos como Maluenda, Velilla de Jiloca, Morata de Jiloca, Terrer, Villarroya de la Sie-
rra, Brea o Illueca, no es ninguna novedad que haya oleada de robos. Ni tampoco que se haya incrementado el nivel de violencia en los asaltos, como el sufrido recientemente en Épila por una mujer de 76 años, o como el que padeció otra de similar edad en Caspe el pasado 16 de abril, que aún sigue en el hospital, o el de un matrimonio de 82 y 84 años agredido en su casa en la Comunidad de Calatayud o el de otro octogenario asaltado en su domicilio de Brea. Hasta las policías locales de los municipios señalan que el problema es que las plantillas de la Guardia Civil van «muy justas» y por la noche tienen que atender a
muchos municipios. Un ejemplo: hay veces que una misma patrulla tiene que cubrir desde Épila, Ricla o Calatorao hasta Brea de Aragón, a tres cuartos de hora de viaje, o una pareja de Casetas ir a La Almunia. Reunión con el alcalde de Épila El asunto será tratado hoy por el alcalde de Épila y secretario del PSOE de Zaragoza, Martín Llanas, en la reunión que mantenga con el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, quien ya se ha entrevistado con regidores de otros pueblos por la misma cuestión. Pero además de la falta de recursos y personal, cada vez hay más vo-
ces que señalan que el modelo de despliegue de la Guardia Civil está agotado y es insostenible y claman por un cambio que haga más efectivo su trabajo. Reconocen que será difícil conseguirlo porque políticamente no es rentable y ningún alcalde quiere que le quiten el cuartel de su pueblo, aunque no sirva para casi nada. El delegado de la AUGC lo tiene claro: «Queremos enviar el mensaje a los alcaldes de que si quieren tener a la Guardia Civil en sus pueblos, caminos y campos hay que cerrar cuarteles. No se pueden mantener 140 edificios abiertos en Aragón. Es insostenible y los guardias civiles no somos de cartón piedra. O cerramos cuarteles y cambiamos el modelo policial o ahora mismo no nos podemos hacer cargo de la seguridad rural ni trabajando 48 horas semanales». Juan José García afirma que si la situación era mala hace dos años, «ahora es peor». «No puede haber un cuartel en Utebo, otro en Casetas y otro en Alagón, con 70 agentes entre todos. No hay ni una policía en Europa que mantenga este sistema tradicionalista, caprichoso y nada efectivo. Si queremos tener patrullas en el pueblo tiene que desaparecer el cuartel y reagrupar las unidades. Hay que establecer protocolos de riesgo y de tiempos de reacción», afirma. A la escasez de plantilla, se ha unido la crisis. Ahora está absolutamente prohibido hacer horas de exceso (la Guardia Civil no tiene horas extra) que se pagan a 5 euros brutos y bajo ningún concepto se pueden exceder de las 166 horas que tienen fijadas al mes, con ajustes trimestrales. M. GARÚ
(Con información de C. Adán, S. Lacárcel, I. Aristu y F. Tofé)