1er. Volumen de la Colección Miradas Plurales y Diversas Edición “Arquitectura Moderna del Ecuador”

Page 169

MIRADAS PLURALES Y DIVERSAS: LA ARQUITECTURA MODERNA EN EL ECUADOR

A lo largo de su vida, además de ser un escritor reconocido, consagrado como el mayor exponente del romanticismo en la literatura de su país, Víctor Hugo fue un activista comprometido con la lucha social y política. Sus disertaciones sobre temas como la Ley Falloux, la miseria, o los asuntos de Roma, terminaron por disolver su adhesión al partido Conservador y le ganaron el vivir exiliado durante veinte años. Un exilio que inició en Bélgica y que lo llevó por el Reino Unido hasta la isla de Guernsey, frente a la costa de Normandía, donde radicó hasta su regreso a Francia en 1870. Su libro “Los Miserables” de 1862, escrito durante esta difícil época, se enfoca en retratar a la sociedad francesa y sus profundas problemáticas a principios del Siglo XIX. Pero regresando a sus primeros años de trabajo, el escritor se concentró entre otras cosas, en la defensa de la arquitectura gótica, que después del Renacimiento comenzó a ser vista por los franceses como burda, vulgar, e incluso, monstruosa; obras nacidas de la barbarie medieval. Para Víctor Hugo, la arquitectura gótica representaba una parte esencial de la historia de Francia y su mayor temor era la perdida de ésta en favor de las nuevas tendencias de la Ilustración, que él consideraba no tenían nada que ofrecer. Con gran determinación, protestaba por el abandono en el que se encontraban las iglesias medievales y lamentaba que, con total seguridad, Notre Dame pronto desaparecería de París. Incluso, llegó a comparar estas obras de la historia arquitectónica medieval francesa con los frágiles productos nacidos del invento de Gutenberg: la imprenta.

¡Qué precaria inmortalidad la del manuscrito! ¡Un edificio es un libro mucho más sólido, duradero y resistente! Para destruir la palabra escrita bastan una antorcha y un turco. Para demoler la palabra construida, hace falta una revolución social... (Hugo, 1831). El activismo de Víctor Hugo en favor del arte gótico quedó inmortalizado en su célebre novela “Nuestra Señora de París”, publicada en el año de 1831. La escribiría aprovechando el contrato firmado en 1928 con su editor Charles Gosselin, quien le había requerido una novela histórica ambientada en la Edad Media. Para entonces, la catedral se desmoronaba debido al abandono y al deterioro de siglos en los que su función fue cambiando de acuerdo a las necesidades del momento. Durante sus ocho siglos de existencia, Notre Dame ha sufrido serios daños en distintas ocasiones; la última fue un incendio iniciado el mes de abril de 2019, en medio de trabajos de restauración. El siniestro destruyó el cimborrio con su aguja y las arcadas de piedra sobre las que se apoyaba dicha estructura; que colapsaron sobre el crucero, abriendo un boquete en la techumbre de la iglesia. Este acontecimiento, mediatizado de manera masiva a través de las diversas redes sociales y en los medios de comunicación en el mundo entero, curiosamente recuerda una escena de la novela de Víctor Hugo en la cual, de forma parecida, la catedral es consumida por el fuego.

Por encima de las llamas, las enormes torres, de las que en cada una se destacaban dos caras, una toda negra y otra totalmente roja, parecían aún más altas por la enorme sombra que proyectaban hacia el cielo. Sus innumerables esculturas de diablos y de dragones adquirían un aspecto lúgubre y daba la impresión de que la inquieta claridad de la llama les insuflara movimiento. Había sierpes que parecían reír, gárgolas que podría creerse que aullaban, salamandras que resoplaban en las llamas, tarascas que estornudaban por el humo; y entre todos aquellos monstruos, despertados así de su sueño de piedra por aquella llama y por aquel clamor, había uno que andaba y al que, de vez en cuando, se le veía pasar por el frente de la hoguera como un murciélago ante una luz. (Hugo, 1831). Doscientos años antes de este incidente, Notre Dame era apenas una sombra de lo que es en la actualidad. Durante la época de la Revolución Francesa fue cuando soportó su mayor deterioro. Entre 1789 y 1799 el templo fue víctima de saqueos y actos vandálicos en un escenario de cambio social que transformó la capital francesa en un verdadero caos. Se decapitaron las imágenes religiosas debido a la creencia arcaica de que estas representaban a los reyes galos y esto era prueba de la alianza entre la monarquía y la iglesia católica.

<< 169 >> IR A CONTENIDO


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.