Lugares para escribir
El número 171 del suplemento de cultura La gualdra, de La Jornada Zacatecas, me dedica la portada y publica mi texto “Lugares para escribir”, un repaso a algunos de los espacios y ciudades donde he tratado de hacer literatura y vivir.
Tras los 10 años que llevo escribiendo, he llegado a la conclusión de que no influye del todo el lugar para escribir un libro. Al principio pensaba distinto, sobre todo cuando comencé con cuentos. Entonces vivía en Zacatecas, estudiaba el bachillerato y quería escribir del género fantástico. Recuerdo que la casa de mi madre era muy pequeña: dos plantas con dos recámaras, debajo había una sala muy pegada al comedor y a la cocina y un pequeño cuarto en donde era mi recámara. Allí escribía cada que podía concentrarme. Cierta noche la incomodidad para escribir me sacó del cuarto y me obligó a sentarme frente a la estufa: fue un momento mágico, por decirlo de algún modo, porque las 8 páginas salieron de un tirón, como si me hubieran dictado una receta. Las noches siguientes quise hacer lo mismo y no funcionó: fue como si se me hubiera quemado la comida. Siempre había mucha gente en casa de mi madre y pronto me acostumbré a escribir en los OXXOS al salir de la escuela. Un amigo de entonces me había dicho que Guillermo Fadanelli escribió Lodo en un 7-Eleven del Distrito Federal. Y como la obra