Buia Informatzen 4, Mayo 2009eko Maiatza

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gure txokoa • rincón del barrio

maiatza/mayo 2009 Núm. 4 Zkia

bolintxu - ¡Amaaaa! ¡Son las diez! Me voy con los del BARRIO al Bolintxu. Volvemos a comer, pero me llevo un bocata. - ¿Ya llevas la mascarilla y los tapones de oídos? Luego no me vengas diciendo que te pica la garganta o te duelen los oídos, que ya sabes cómo está aquello. - Sí, los he cogido. Gero arte! - Gero arte! Ondo pasa! Y amatxu mira por la ventana cómo se van tod@s l@s del BARRIO en esta mañana de domingo a pasear a Bolintxu, enclava­ do todavía dentro del área protegida del monte Pagasarri. Recuerda cuando se enteraron de cómo iba a sobrevolar la Variante Sur Metropo­ litana (Súper Sur) el BARRIO: sumiéndolo en la sombra y rodeándolo de CO2 y partí­ culas generadas por los, previsiblemente, miles de vehíulos que iban a usar la nue­ va vía. Presentaron sus primeras quejas. Tuvieron sus primeras reuniones con los responsables de llenar más de hormigón lo que en siglos anteriores había sido las huertas y pulmones de Bilbo.

Se consiguió que no pasara por encima de Buia. No consiguieron llevársela ni del BARRIO, ni del Bolintxu ni del Pagasarri. Siguieron las reuniones e ingresaron en una coordinadora contra la Súper Sur. Más re­ uniones, esfuerzo y gasto de dinero y tiempo. Intentaron que en vez de pasar por encima del Bolintxu lo hiciera solo con túneles, y que estos salieran más allá de la estación depuradora de Beteluri; que se llevaran los peajes colocados debajo de la única casa de Beteluri Bidea más lejos; que se alargara el falso túnel que salía cerca de la Casa-Torre o Palacio de Seberitxa; apelaron al Parlamento Europeo para evitar la acumulación de gases generada por los vehículos que paraban y aceleraban en los peajes. Gases que según el estudio de impacto medio-ambiental no existían en tal cantidad. Alegaron ante la institución encargada de las obras (Interbiak), que la cantidad de vehículos estimada para la nueva vía era excesiva teniendo en cuenta los datos de uso de las otras dos con las que enlazaría una vez terminadas las obras. Nada de todo ello sirvió para nada. Los políticos, servidores del pueblo, tenían la razón encadenada por el mango y no la soltaban. Empezaron las obras y las molestias. Aquellas molestias que les dijeron que no iban a tener, ya que las obras se iban a realizar mediante técnicas completamente nuevas que evitaban en su totalidad los ruidos y las molestias. La gente del BARRIO empezó a concentrarse delante del Ayuntamiento, de la Diputación, del Gobierno Vasco..., para pedir soluciones. A los responsables se les había olvidado comentar que los camiones que pasaban por delante de las casas, de las zonas de juego y por los bosques y ríos, que la maquinaria necesaria, que la dinamita... que todo ello seguía siendo del siglo XX y generaba la misma polución acústica, atmosférica y visual que entonces. Recordó cuando modificaron los caminos y tuvieron limitado el acceso al hogar. No les de­ jaron ni salir ni entrar a ciertas horas durante mucho tiempo. Recordó cuando no podían ir a pasear a Bolintxu porque habían destrozado los caminos, destrozado el río Bolintxu, destrozada la cascada, destrozada la ensenada bajo la tubería del Consorcio con los camiones que rellenaron la antigua mina de Seberetxe. La mina donde ya no se veían ni corzos, ni zorros, ni jabalíes, ni pájaros de ningún tipo. Recordó cómo el alcalde y l@s bilbaín@s se quedaron sin poder ir a la ermita de Done Roke durante dos años. Hacía tiempo que las obras habían terminado, y el uso que se le daba al vial era una ínfima parte de lo previsto en los estudios. Entre otras muchas razones, por tener que pagar un precio elevado por recorrer esos pocos kilómetros.

Bolintxu

Los ruidos de los camiones, autobuses y coches, los gases de escape, la luminosidad generada por farolas, peajes y vehículos. Todo esto provocaba que el entorno de la Súper Sur, desde Seberetxe a Larraskitu pasando por Buia y Bolintxu, fuera una zona poco apta para vivir. Ni personas ni animales.

beteleriko eserlekuua Hau idazterakoan ez nuen susmatzen hain interesgarri egingo zitzaidala, hainbatetan ikusitako armarria baizik ez baitzen. Baina ezustekoa izan nuen argazkia ateratzera joan nintzaionean eta bere xehetasunetan eta denboraren iraganak eragindako zaurietan barneratu ahal izan nintzenean. Orduantxe, eta modu magiko batez, eserleku itxura zuen harri zahar horren garrantzi historikoaz hasi nintzen ohartzen. Erkoreka Enparantzan ia ordubetez egon nintzen zutik eserlekuari begira, eta bidazti batzuk niri arraro moduan begira geratzen baitzi­ renez, ondoko taberna batetako terraza txiki batera mugitu nintzen. Eserlekuari buruzko artikuluak eta datu historikoak irakurtzen nituen bitartean, harri hark (konta zitzakeenak) kontatu ahal zituenak otu zitzaizkidan: Eserleku auditorea nauzue, hau da, bertan labakietako “piel”ak urtero egiten zuen zin. Labakiak Bujana (Buia), Zeberitxa (Seberetxe), Or­ zekauko (Ortxikoko) eta Beteluri (Beteluri) ziren, baina noizbait Buiagoiti izan zen baita ere. Labakiak Arrigorriagako lurzoruak ziren, baina bertako biztanleak Bilbon zeuden inskribaturik eta Bilboko pribilegioetaz gozatzen zuten. Beraz Bilborenak ziren labaki hauen eskubideak.

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Nire egilea “Don Juan de Uriguen” maisu ezaguna izan zen, zeinari Bilboko udalak eta 1742ko azaroaren 13an “Los Caños” lantegia eta urodia eraikitzea esleitu baitzion, Bilbora ur edangarria eramateko asmoz. Honekin batera eta hogei egunetan, hiriko armarria egin behar zuen, luzeran hamabi oin zituena eta hamar oin zabaleran, bere harmaila eta guzti. Ez nuen gain-preziorik eragin, Don Juanek dohainik egin baininduen “Los Caños” lanagatik jaso behar zituen 40.000 errealen truke (garai haietan, udal-esleipenak kaleetan zehar oihukatzen zituen aldarrikari batek).


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