¿Líderes sociales o ratones de sacristía?
Alfonso Francia, sdb Delegado para la Familia Salesiana del Perú afranciah@gmail.com
Urge preparar líderes para la gran sociedad (políticos, educativos, culturales, religiosos, comunicadores, economistas, profesionales…) Somos cantera formidable. Faltan entrenadores. Pasa lo que con las minas de oro y plata… Hacer preguntas, suscitarlas, responderlas desde la vida Cuántas veces se oye esta pregunta: ¿Dónde están los líderes surgidos de los ambientes religiosos? ¿cómo se forman? ¿o no se forman? ¿Se permite que surjan, crezcan, ejerzan? ¿Se cuidan responsable y competentemente las motivaciones, los procesos, los testimonios referenciales, los entrenamientos en campos concretos para liderazgos concretos? Sin duda se forman buenos colegiales, buenos oratorianos, buenos ciudadanos…pero ¿Se forman también líderes sociales y religiosos? ¿no navegamos quizás demasiad o plácidamente por el mar de la mediocridad religiosa, cultural, profesional, social y política?
Un día se me consultó sobre un proyecto de formación de líderes, con la autoridad que se me reconoce por la experiencia, estudio, confrontaciones y publicaciones, les dije: “revísenlo bien, y no se les ocurra pu-blicarlo así”. Hay caminos que no llevan a ninguna parte, otros desvían de la meta. San Pedro, no; san pobre… sí A partir de lo que se ve en nuestro mundo, escribí: “He visto peces nadar/en pilas de agua bendita/ creyendo que eran la mar.” Aplauso para tantos profetas y testigos de la Iglesia-también de nuestra Familia- que están en el frente más cálido de la lucha de “liberación de los pobres”. “Sólo Dios libera y salva”, dicen algunos. Cierto. Pero solo a través de sus otros hijos, es decir, nosotros. Si los cristianos siguiéramos de verdad la línea del evangelio, y de Don Bosco, la América unida, cristiana y solidaria, sería libre y liberadora, no necesitaría tantos libertadores esclavizadores, que acabarán acusándonos de enemigos de la libertad y del pueblo. El pecado es grande, pues además de tener tan pocos líderes cristianos, a los profetas y testigos, se les ignora, se les desautoriza, y hasta se les condena. Pero ellos saben muy bien que los pobres y los jóvenes son nuestros dueños y por lo tanto, los que deben mandar. En la puerta del más allá, no nos abrirá san Pedro…Nos abrirá san Pobre
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