Las B i b l i o t e c a s : - “María Elena Walsh” (Centro Avellaneda) - “Alfonsina Storni” (Centro Bolívar) biblioteca.avellaneda@schweitzer.edu.ar
Lunes y miércoles de 8 a 12 hs. Martes de 8 a 12 y de 13.25 a 15.25 hs. Miércoles y viernes de 8 a 12 y de 13.15 a 17.15 hs.
biblioteca.bolivar@schweitzer.edu.ar
Lunes de 11 a 15 hs. Martes y jueves de 13.30 a 17.30 hs. Miércoles y viernes de 8 a 12 hs.
Recomendaciones literarias: brujas, brujitas y brujotas Primeros lectores… ¡Psst, psst! Olga Cuéllar, ed. Tinta Fresca Disculpe… ¿es usted una bruja? Emily Horn, ed. Norma Las brujas Paca y Poca y su gato Espantoso. Cristina Portorrico, ed. Guadal El castillo de la bruja desordenada. Bo-Gum Cha, ed. Iamiqué La bruja Winnie. Valerie Thomas, ed. Fondo de Cultura Económica Radiografía de una bruja. Beatriz Ferro, ed. Del Eclipse Para los que ya leen solos… Recetas secretas de brujas y de hadas. Graciela Falbo, ed. Sudamericana Medias dulces. Ivar Da Coll, ed. Norma Las cajas mágicas. Cecilia Pisos, ed. La Brujita de Papel Babayaga. Taï-Marc Le Thanh, ed. Edelvives Serafín, el escritor y la bruja. Claudia Piñeiro, ed. Alfaguara Niños, las brujas no existen. María Inés Falconi, ed. Colihue
La casa de las palabras, el boletín de las Bibliotecas
Rincón literario… “ Palabras y palabrujas 2 ” Silvia Schujer Si una palabra es muy nueva jamás se encoge por más que llueva.
Una palabra caliente quema en la boca diente por diente.
Si una palabra se estira por donde veas siempre se mira.
Si una palabra no es mucha sólo la oye el que la escucha.
De cada nube que se desborda brota una sola palabra gorda.
Fuente: Palabras para jugar con los más chicos. Silvia Schujer. Ed. Sudamericana
Si una palabra no canta es porque sufre de la garganta.
EN ESTE NÚMERO ● Rincón literario: “Palabras y palabrujas 2”, por Silvia Schujer ● Objetos poéticos: caleidoscopio… para mirarte mejor ● “Lectura, la otra revolución”, por María Teresa Andruetto
● Recomendaciones literarias: brujas, brujitas y brujotas
Lectores en carrera… El país de las brujas. Cristina Banegas, ed. Alfaguara Basta de brujas. Graciela Falbo, ed. Sudamericana Cuentos con brujas. Graciela Cabal, ed. Alfaguara Genealogía de una bruja. Benjamin Lacombe, ed. Edelvives Las brujas. Roald Dahl, ed. Alfaguara
¡ Hasta el próximo número ! - Marianela, Ana y Melisa
Institución Educativa Dr. A. Schweitzer Abril 2016
Objetos poéticos La poesía es una manera especial de mirar aquello que nos rodea… Descubrir, maravillarnos, conmovernos con palabras, sonidos, aromas, objetos que nos dicen algo. Este año seguimos compartiendo en nuestro boletín algunos “objetos poéticos” que podemos hacer con nuestras manos…
Caleidoscopio… para mirarte mejor Un caleidoscopio es un dispositivo construido a partir de tres piezas de espejos rectangulares, de las mismas dimensiones, que se sitúan de manera proporcional y permiten divisar proyecciones ilusorias multicolor, generadas a partir de la reflexión de la luz y el movimiento del objeto. Necesitarás: * Tubo de aproximadamente 20 cm x 5 cm, preferentemente de cartón. * Tres recortes de espejo, en forma de rectángulo, de aproximadamente 18 cm x 3 cm. (se pueden obtener de dos CD que ya no utilices). * Pedazo de vidrio pequeño o cuentas de plástico de colores. * Dos círculos de acetato del mismo diámetro del tubo. * Un círculo del mismo diámetro del tubo con una perforación en el centro de aproximadamente 1 cm, de cualquier material similar al del tubo. * Pegamento universal o silicón. * Cinta adhesiva de cualquier tipo. * Papel de colores. Armado: unir con la cinta adhesiva (sin rebasar las caras) los tres espejos con las caras hacia el centro para formar un prisma triangular. Introducir el prisma en el tubo y envolver con cualquier papel delgado hasta ajustarlo y dejarlo fijo en el interior. Ubicar en este paso la base del prisma y revisar que coincida con la base del tubo. Luego, colocar uno de los círculos de acetato y pegarlo en la base del tubo en el extremo donde quedó espacio, es decir al otro lado de donde colocaste primero el prisma. Sobre la tapa de acetato se colocan las piedras y cuentas de colores hasta cubrir toda la superficie. Pegar el otro círculo de acetato para sellar la salida de las piedras. En el lado opuesto del tubo pega el círculo de cartón con la perforación en el centro, perfora otro de los círculos de acetato y colócalo por dentro del tubo Para finalizar decorar por fuera con el papel de colores o con los materiales que prefieras. [Es importante mencionar que las medidas se pueden alterar según los materiales con
los que cuentes y sobre todo el tamaño del tubo conseguido.] ¿Qué formas logras ver en el caleidoscopio?, ¿existen o crees que es un truco de tu cerebro con tus ojos? Fuente: Cultura colectiva. http://culturacolectiva.com/como-hacer-un-caleidoscopio/
“ Lectura, la otra revolución ” [Extracto de la conferencia de María Teresa Andruetto]
“Así, leer/escuchar/escribir es abrir para nosotros y para otros un camino de libertad. Pero se trata no de algo dado de una vez y para siempre sino de un camino, porque no es ya en un libro o en una acción sino en el tránsito, en la precariedad de lo que está dejando de ser para convertirse en otra cosa, en ese río del tiempo que va de una palabra a otra, de un libro a otro, de un gesto a otro, donde se aprende y donde se enseña. Podemos ofrecer libros y diseñar estrategias de lectura, pero servirán de poco si desarticulamos la capacidad de disparar la letra, si desactivamos su cualidad de transformarnos, de incomodarnos, de hacernos pensar. Escuché decir una vez a una maestra: “quiero ser un puente sencillo entre los libros y mis alumnos”. No sé si pueda haber una definición mejor para un maestro, en cualquier nivel educativo, que la de ser un puente por el que transita un saber recibido, procesado en el crisol de lo más personal, puesto en discusión en el espejo refractario de la propia ideología, para pasarlo luego como un saber que se desea legar a los que llegan, un saber que, según consideramos, los que nos siguen no debieran perder, para que la vida se les haga más intensa, de mayor espesor, con más entidad e identidad o sencillamente más soportable. Un maestro entonces como un puente entre lo que antes hubo y lo que vendrá, un puente a través del cual se produce un encuentro. Pero convertirnos en puente no es una tarea mecánica, ni ingenua ni exenta de ideología. Somos lo que hemos vivido y leído, y somos el resultado de poner en cuestión eso que vivimos y leemos. Tenemos para ello cierta libertad de elegir, aunque no podamos elegir las condiciones en las cuales hacemos esas elecciones; aunque muchas veces tampoco podamos decidir las condiciones en las que enseñamos, porque esas condiciones están atravesadas por una red social, económica, política de la que no siempre tenemos conciencia.” Fuente: Revista Imaginaria. http://www.imaginaria.com.ar/2012/06/la-lectura-otra-revolucion/