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política que comenzó con la transición democrática de 1978. Estas organizaciones son el Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (Copadeba) y Ciudad Alternativa. En particular, el interés es explicar el surgimiento de ambas para identificar los factores que acotan el éxito relativo de sus estrategias para conseguir sus reivindicaciones , mientras que la mayoría de los otros movimientos populares no obtenían los suyos.

Marco conceptual En las últimas tres décadas, los movimientos sociales dominicanos se han dividido en tres grandes sectores: los movimientos populares no laborales , los de profesionales y el sindical. En los años ochenta (1980) , los dirigentes de las centrales sindicales fueron invitados a una serie de diálogos convocados por la Iglesia católica entre empresarios, Gobierno y trabajadores. Estos diálogos permitieron que los sindicalistas lograran reformas al Código del Trabajo que no había sido modificado desde la era de Trujillo (1930-1961), prestaciones de salud, mejoras salariales y reconocimiento como interlocutores válidos por el Estado. Este reconocimiento llevó a la mayoría de estos líderes a concebirse progresivamente como un sector diferente dentro de los movimientos sociales y a considerar, junto con la Iglesia, el Estado y los empresarios, al movimiento popular barrial como una parcela aparte que carecía de representantes reconocidos. El movimiento de profesionales no fue invitado a estos diálogos , probablemente por ser considerado contestatario y por estar aliado al movimiento popular barrial en los ochenta. Indudablemente, la incorporación del movimiento sindical a los diálogos y el trato que recibió del Estado y los empresarios contribuyeron poderosamente a la división del movimiento social. La convocatoria al diálogo es parte de un modelo de dominación que se basa en la cooptación/represión para ejercer la gobernabilidad en una sociedad llena de conflictos sociales, donde el imperio de la leyes realmente deficiente y los grupos dominantes se sienten amenazados por la proliferación de movimientos de protestas. Este modelo combina la cooptación política con la represión abierta, forzando a los movimientos sociales a confrontar la cooptación de líderes para que no socaven los proyectos del Estado y represión para todos aquellos que no estén dispuestos a aceptar los lineamientos trazados por las élites políticas dominantes . El clientelismo político es el signo distintivo de la cooptación política y todos los partidos dominantes lo emplean para atraer a líderes sociales e lllvolucrarlos en sus estrategias de dominación. Este aspecto de la política dominicana ha sido muy destructivo para los movimientos sociales y ha impedido que éstos hayan podido desarrollar sólidas instituciones populares u obtenido respuestas a sus reivindicaciones. El modelo de dominación basado en la cooptación/represión no varió cuando empezó la transición democrática en 1978 bajo los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) , sino que continuó. Lo que sí cambió fueron las aperturas políticas que se dieron

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