—
6r
—
DISCURSO DEL
Dr. D. EMILIO PI Y MOLIST
ILUSTRE
SENOR: SENORES:
Quisiera mento
y
desvanecer dos dificultades que
inquietan.
me
distinguís? ?La aceptaré
? Diré que
! Donoso arbitrio de
plano
me ocurren en
no merezco
este
mo
la honra con que me criterio y justicia!
para'acreditar vuestro
y sin hacer salvedad alguna ? ! Cómodo silencio, á la modestia de pura fórmula! Pues ?cómo salir
pero repugnante aun del paso? ?cómo desatar esta especie de nudo gordiano? Por mi vida, que á desatarlo no acierto, mas lo desharé á la manera clásica : cortán dolo. Tanto monta. Conque echo por en medio dejando las dos pre guntas en el aire, cada una al lado que le corresponda, y digo con llaneza y laconismo, buenos fiadores de la sinceridad, que os agradez co
muy de corazón el agasajo. Con todo eso, no quedo tranquilo, porque vendrá
luego
á
interpo
claridad de nerse entre vosotros y yo una sombra que enturbie la vuestro designio, y eche sobre mi figura un tinte quizás poco simpáti co; y es cierta flaqueza que no puedo acabar conmigo de combatir, antes con ella , por otra debilidad del ánimo, me hallo bien y me
huelgo. veréis resaltar en mi discurso, que en rigor no lo es, al menos académico, sino principalmente un desahogo de afectos íntimos de en orden á algunos hechos, cuatro sobre todo, á los cuales dedico deseaba con capítulos. Mucho tiempo há que propósito otros tantos viva ansia el escribir algo sobre ello, y más el leerlo en público ó en por corro de comprofesores y amigos; pero nunca se me ofreció ni asomo coyuntura cual la fiesta de hoy, para mí llovida del cielo. Todo
esto