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Comprometidos con la tracción ambiental en la cadena de suministro
No es necesario que todos los agentes aquí descritos estén presentes en la cadena de suministro. El diseño apropiado de la cadena de suministro depende de las necesidades del cliente como de las funciones que desempeñan las etapas que abarca. Una cadena de suministro es dinámica e implica un flujo constante de información, productos y servicios y fondos económicos entre sus diferentes agentes. Estos flujos se pueden aglutinar en tres:
Flujo de materiales y servicios, que parte de los fabricantes de materias primas en sentido descendente a lo largo de la cadena de suministro. Es la prestación de productos y servicios, cada vez más elaborados hasta su conversión en el producto comercializado y que, tras ser adquiridos por el cliente — consumidor, finalizará su ciclo de vida en los gestores de fin de vida para su adecuada gestión final.
Flujo económico o de caja, que va en sentido inverso y que supone el pago asociado al flujo de materiales y servicios.
Flujo de información y colaboración, tanto ascendente como descendente, necesario para el correcto funcionamiento de la cadena de suministro.
Relación entre cadena de suministro y cadena de valor El concepto de cadena de valor, popularizado por M. Porter, establece la combinación de las actividades de una empresa que aporta valor a cliente, considerando a este como eje central. La cadena de valor tiene en cuenta, en un contexto dado, la percepción subjetiva de valor por el cliente sobre la entrega de un producto o servicio que satisfaga sus expectativas. Al considerar el valor generado, no es lo mismo cuando el cliente es una empresa (B2B) o el consumidor final (B2C). En el primer caso se aprecian tres formas claramente diferenciadas de valor: técnico o intrínseco al producto/servicio, de organización o ligado a la reputación o marca, (fiabilidad, su ética, etc.) y personal, derivado de las relaciones individuales. En el segundo caso intervienen adicionalmente factores sicológicos y de otro tipo. Por tanto, cadenas de valor y de suministro son dos visiones complementarias de una empresa y sobre los procesos extendidos de la misma y que permiten gestionar, por un lado, el flujo de productos vendidos y servicios prestados y por el otro, el valor aportado, representado por el grado de satisfacción de la demanda del cliente y los ingresos económicos. En definitiva, la cadena de suministro se refiere generalmente a un flujo de bienes y servicios desde la empresa al cliente, poniendo foco en la reducción de costes y en lograr la excelencia operativa. En sentido contrario, el valor generado al cliente fluye hacia la empresa, poniendo ésta el foco en la innovación, el desarrollo del producto y el marketing.
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