DESTINOS | BALEÀRIA MAGAZINE | 35
AGATHA CHRISTIE CREÓ UN 'PROBLEMA EN POLLENÇA' mo. La gama de azules da paso a los verdes y ocres de la Serra de Tramuntana, designada recientemente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La localidad de Pollença, enclavada al pie de la sierra, tiene su propio carácter, equidistante del bullicio de la zona turística portuaria, y de la soledad de las imponentes alturas que la rodean. PATRIMONIO CULTURAL Un puente romano, construido en el año 500, es una de las joyas del municipio. Además, la villa cuenta con una importante oferta cultural y destacados edi cios históricos, como el Convento de Santo Domingo (s. XVI-XVII). Es el edi cio más emblemático de la cultura pollensina, ya que allí se celebran el Certamen Internacional de Artes Plásticas, el Festival de Música y es la sede del Museo Municipal de Pollença. Este museo dispone de una gran colección de pintura contemporánea y de piezas arqueológicas, como las tablas góticas, una colección de ollas mallorquinas del siglo XVII y los braus de la punta, piezas de madera de tipo religioso funerario del S. IV a.C. Además, en lo alto de la ciudad está el monte Calvario, con sus 365 escalones, uno por cada día del año, que conducen hasta la cima, donde hay un oratorio desde el cual se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la localidad.
La batalla entre moros y cristianos rememora cada agosto la defensa de la ciudad contra los piratas turcos.
TRADICIONES Las tradiciones del pueblo pollensí siguen vivas. Todos los días 2 de agosto se festeja la victoria de los cristianos sobre los corsarios moros que en 1550 atacaron la villa. Según la leyenda, la invocación a la Mare de Déu dels Àngels (actual patrona de la población), permitió vencer a un poderoso ejército, integrado por 1.500 piratas. Se celebra una gran esta y se produce batalla que emula la sucedida en el siglo XVI, y que atrae muchos insulares y forasteros por su espectacularidad, ya que la vestimenta que lucen ambos ejércitos es un símil muy exacto.
El prestigio que adquirió Pollença en las primeras décadas del siglo XX no sólo atrajo a adinerados viajeros, sino también a renombrados artistas. En la década de los treinta, Agatha Christie se alojó en un hotel del puerto, donde escribió un libro de cuentos, siendo el principal de ellos Problema en Pollença, que dio nombre al volumen. Dos hoteles se disputan haber sido los elegidos por la enigmática y famosa escritora para alojarse, el Illa d'Or y el Sis Pins. Curiosamente, Christie designa con un nombre producto de la fusión de ambos hoteles, el “Pins d'Or”, al hotel donde se aloja el protagonista. La enigmática Christie, que solía provocar alarmas por sus desapariciones de la escena pública, pudo haber vivido un tiempo en Pollença, cerca del Calvario, según sus biógrafos. La notoriedad de la escritora provocó un mayor conocimiento de la bahía, y atrajo a muchos famosos de Gran Bretaña, como el primer ministro británico Winston Churchill.