temas para reflexionar
En este sentido también la CG 36 enfatiza el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red como apropiados para el actual modo propio de proceder. Dice “nuestra misión se hace más profunda y nuestro servicio se hace más amplio a través de la colaboración entre todas las personas con las que trabajamos, especialmente aquellas inspiradas por la espiritualidad ignaciana”18. 2. “En segundo lugar, es necesario un mejor conocimiento, difusión y puesta en práctica del modelo pedagógico ignaciano, y del modo nuestro de proceder en educación. Sin jesuitas y laicos verdaderamente bien formados, tanto en el carisma como en la pedagogía ignaciana, la identidad ignaciana no pasará de ser un bello postulado en nuestras declaraciones escritas. De ahí la importancia de una esmerada selección de personal y de su adecuada formación continua y sistemática, sobre todo en los aspectos claves de la pedagogía ignaciana. De ello dependerán en gran medida los buenos resultados y la eficacia apostólica de las obras educativas. Todos los que colaboran en nuestros proyectos educativos, laicos y jesuitas, deben progresar continuamente en el dominio teórico y práctico de la pedagogía ignaciana. Esto se aplica tanto a los educadores de la educación formal en escuelas, colegios y universidades, como a los de la educación no formal e informal. También en este aspecto será necesario un esfuerzo conjunto para diseñar y llevar a la práctica programas de capacitación y formación permanente del personal en pedagogía ignaciana”19. En el año 2016, los jesuitas congregados en Roma, hacen eco de las orientaciones que PeterHans Kolvenbach, S.J., acertadamente expresó en su alocución en Guatemala, a la vez, es una tarea pendiente para comprender con mayor amplitud y compromiso la “pastoralidad” de quienes colaboramos en las obras educativas de la Compañía de Jesús: “La CG 36 invita a los superiores y directores de obra, así como a todos los jesuitas y colaboradores en la misión, a promover profundos hábitos de oración y discernimiento -como preludio y acompañamiento de la planificación continua-, como también a fortalecer las relaciones interpersonales y a la colaboración en la implementación de los planes. Todo esto implica fomentar un espíritu de disponibilidad y confianza entre nosotros y con todos aquellos que sirven a la Missio Dei”20.
18 CG 36, D. 2, n. 6. 19 Kolvenbach, P. Alocución a los laicos y jesuitas de las obras educativas de la compañía de Jesús en Guatemala, Enero 1998. 20 CG 36, D. 2, n. 26.
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