Poéticas Oblicuas | Modos de contraescritura y torsiones fonéticas en la poesía experimental

Page 19

de significación, donde cada grafo sea un signo y por lo tanto tenga significados convencionales, [la escritura] se vuelve visible, empieza a existir por sí misma […] no hay desciframiento porque la escritura solo quiere decirse a sí misma”.21 Sin embargo, en las estrategias de interpelación que diagramaba, el dispositivo de lectura de Dermisache estaba muy lejos del propuesto por Ferrari. A diferencia de éste, por otro lado, Dermisache hizo de sus escrituras un programa en el que persistió a lo largo de toda su producción. Sus “textos” circularon en diferentes dispositivos y artefactos editoriales: libros, cuadernos, diarios, newsletters, cartas, “fragmentos de historia”, tarjetas postales y “lecturas públicas”. Asimismo, en contraste con los dibujos escritos de Ferrari, que eran exhibidos sobre la pared, las escrituras de Dermisache eran sostenidas en las manos y reclamaban ser “leídas”, y, en este sentido, la artista consideró al libro como el soporte privilegiado de presentación y circulación de sus escrituras e insistió, a contramano de la obra única, en la publicación de sus textos.

Contraescrituras, cuerpos y política En la serie de Columnas del Lenguaje, que comenzó en 1971, Leandro Katz imprimió, sobre largos rollos de papel de arroz y utilizando una máquina de escribir Royal, diferentes palabras elegidas al azar y sin relación lógica entre sí, dispuestas verticalmente a la manera de una extensa lista. El proyecto de Katz partía de la idea de que la enumeración de palabras mecanografiadas, sin orden coherente, podía ser considerada una forma de literatura. En un texto que hizo circular como volante, se refirió a su obra en estos términos: “Columnas o bien listas enumerativas de palabras, cualquier o la menor expresión, declaración o fragmento del habla, palabras aisladas elegidas al azar y por lo tanto no necesariamente dispuestas alfabéticamente o en otro orden sistemático. Y en cualquier tiempo, estado, longitud o forma sea generativa, transformacional, con o sin errores ortográficos, se ajusten o violen reglas gramaticales. Y cualquier otra condición del habla, la expresión verbal en contraste con la acción o el pensamiento presentando el objeto a la mente como un cuadro y compuestas en secciones de texto, inscripciones o escrituras de aproximadamente 7 pies de alto las cuales podrán llegar a acumularse, unirse, alzarse y elevarse dentro de la profundidad de la atmósfera o 60 kms. y ser llamadas las 21 columnas del lenguaje”. En 1972, Juan Carlos Romero utilizó letras caladas de metal, con las que unos años antes había realizado una serie de esténciles geométricos, para transcribir un texto tomado de los Breviarios (1492) de Leonardo Da Vinci, referido a la violencia. Esta era analizada a partir de cuatro variables: peso, fuerza, movimiento y golpe. En su apropiación y circulación fuera del cuerpo de escritos de Leonardo, el texto movilizaba resonancias críticas que descentraban su sentido-fuente, para reinscribirlo en el escenario socio-político de los primeros 70. La obra se cerraba

21 Jorge Perednik, “Mirtha Dermisache”, en Jorge Perednik, Fabio Doctorovich y Carlos Estévez, El Punto Ciego. Antología de la Poesía Visual Argentina de 7000 a. C. al Tercer Milenio, San Diego, The San Diego State University Press, 2016

19


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.