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Nº 31 19 marzo de 2014

Diccionarios Presentación

En los albores del siglo XVIII, un grupo de aristócratas y prohombres españoles estaba verdaderamente preocupado por la deriva de nuestra lengua, que se les antojaba abandonada a su suerte. Eran los primeros intentos ilustrados no ajenos a la llegada al trono español de la casa de Borbón, cuyo representante, Felipe V, apoyaba los proyectos regeneradores de las Luces. A la vista del camino recorrido por la Academia Francesa, que desde hacía más de cincuenta años había elevado el prestigio de su lengua fijando un modelo normativo y elaborando un diccionario, los ilustrados españoles estimaban que nues-

tro idioma no era menos notable ni merecía menos. En consecuencia, un grupo de insignes reunido en torno a la figura del marqués de Villena, Manuel Fernández Pacheco, comienza las reuniones preparatorias en el otoño de 1713 que culminarán con la real cédula de octubre del año siguiente. Había nacido la Real Academia Española. La tarea primordial era la elaboración de un diccionario que fijara el canon léxico. El resultado de ese trabajo fue el conocido como Diccionario de Autoridades (1726 a 1739). La RAE (Real Academia de la Lengua Española) conmemora, desde el pasado otoño y hasta el próximo, su

tercer centenario. Este Belvedere nace con el propósito de celebrar esa efeméride y rendir homenaje a los diccionarios, en las distintas modalidades y principales modelos surgidos a lo largo de nuestra historia.

El origen de los diccionarios Los primeros diccionarios en lengua española son diccionarios bilingües latín-español, destinados a la traducción y a la enseñanza de la lengua clásica, entonces lengua franca para la comunicación cultural. A finales del siglo XIV encontramos el Glosario de Toledo, el Glosario de Palacio y el Glosario de El Escorial. En 1492 se publica el Diccionario latino-español de Elio Antonio de Nebrija, que incorpora en sus entradas información gramatical y algunos ejemplos tomados de poetas y prosistas latinos. En 1495 el mismo autor publica un Vocabulario español-latín, con más de 22 500 entradas. En 1505, se imprime el Vocabulario arábigo en lengua castellana, de Pedro de Alcalá. A lo largo del siglo XVI aparecerán

diccionarios bilingües con correspondencias en toscano (italiano) y (francés). El primer diccionario español-alemán es de 1670, el de españolinglés aparece en 1706 y el primero español-portugués en 1721. La obra más interesante es el Tesoro de Covarrubias (1611), en la que el lexicógrafo toledano mezcla las definiciones con comentarios personales, noticias de la época, refranes, historias y etimologías. Entre estas últimas, interesan a Covarrubias las palabras relacionadas con el hebreo, pues pretende demostrar que el español es la lengua que se parece más al idioma hablado antes de la Torre de Babel. Son muchas las curiosidades que podemos encontrar en el Tesoro. Veamos, por ejemplo, el artículo

cantimplora: Es una garrafa de cobre, con el cuello muy largo, para enfriar en ella el agua, o el vino, metiéndola y enterrándola en la nieve, cosa muy usada y conocida en España y en todas partes. Díxose cantimplora porque suena en muchas diferencias, unas tristes y otras alegres, que parece cantar y llorar juntamente.


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