Arquitrave Nº
58, Enero-Marzo 2015
Él se irá confinando en muy lejanas tierras. Caminará por bosques oscuros. No verá la azagaya de luz de la memoria súbita. Y cuando esté tan lejos que ya parezca muerto podremos recordarle, decir que no le amabas. Ya no nos dolerá ver que te necesita. Será como un espectro sin dolor y sin vida. Tal la foto macabra de una Gueule Cassie, que orna un escaparate y no nos sobresalta. Pero ahora, silencio: no alarmemos a nadie, que no vean la herida sangrante y purulenta. Demos tiempo al olvido. Callemos, y que nadie -ni siquiera yo mismorecuerde que soy yo. Versión de Pere Gimferrer.
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