RAFAEL LEOZ, arquitecto de la Embajada de España en Brasil

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Rafael Leoz, arquitecto de la Embajada de España en Brasil

“El proyectista ha preferido mantener la simetría de los dos brazos del eje mayor, dando a todo el organismo una simetría bilateral que le confiere un vago sabor zoomórfico […]. Esta es la principal debilidad del plano de Costa, porque introduce en la estructura misma de la ciudad un factor extrínseco, una metáfora que molesta su concreción”. En Benevolo, Leonardo. Historia de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili, 1979. La primera edición de Storia dell’architettura moderna fue publicada en Roma por Laterza & Figli en 1975. 3

“Brasilia, a pesar de su pautado ortogonal de supercuadras, se basó fundamentalmente en una forma de cruz. Parecería como si los principios míticos del humanismo europeo, tal como fueron reinterpretados a través de la obra posterior de Le Corbusier, determinasen la estructura de Brasilia con desdichadas consecuencias, al menos desde el punto de vista de la accesibilidad”. En Frampton, Kenneth. Historia crítica de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili, 1993. La primera edición de Modern architecture: a critical history fue publicada en Londres, por Thames and Hudson en 1980. 4

5 “Pero las supercuadras o supermanzanas de viviendas separadas por amplios espacios tenían el aire de especulaciones teóricas vacías basadas en anteriores utopías modernas no construidas, alejadas de las realidades sociales brasileñas del momento”. En Curtis, William. La arquitectura moderna desde 1900. London: Phaidon, 1986. La primera edición de Modern architecture since 1900 es de 1982.

“El plan de Costa era simplista y esquemático: comprendía dos ejes, uno residencial y otro honorífico […]. Los servicios centrales de carácter comercial y cultural se situaban en la intersección de los dos ejes: un punto abstracto en el espacio. Tal vez por esta razón, Brasilia parece una ciudad sin centro”. En Colquhoun, Alan. La arquitectura moderna, una historia desapasionada. Barcelona: Gustavo Gili, 2005. La primera edición de Modern architecture es de 2002, publicada por Oxford University Press. 6

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Niemeyer, Oscar. Minha experiência em Brasília. Rio de Janeiro: Módulo-Arquitetura, s/f. 8 “El hecho de que la exuberancia inicial de la moderna arquitectura brasileña contuviera en sí misma las semillas de un formalismo tan decadente”. En Frampton, Kenneth, op. cit.

9 “El conjunto principal de monumentos era tan ambicioso como el Capitolio de Chandigarh, de Le Corbusier, aunque Niemeyer no fue capaz de mantener el mismo grado de intensidad formal, tal vez porque no había la misma profundidad de significado”. En Curtis, William, op. cit.

El trazado de Lúcio Costa ha sido enjuiciado con dureza en el contexto de la crisis del movimiento moderno. Leonardo Benevolo señaló el innecesario valor simbólico de la forma del Plano Piloto y su exigente geometría3. Por su parte, Kenneth Frampton ha añadido que su forma urbana ha generado problemas de vialidad4. William Curtis centró su crítica negativa sobre las unidades residenciales, calificándolas como “especulaciones teóricas vacías” que olvidan la realidad social5, sin considerar que los bloques de las supercuadras estaban pensados para alojar un vecindario de diversa composición social, favoreciendo su convivencia. Alan Colquhoun cierra esta mínima antología negativa sobre la concepción urbana de Brasilia, afirmando que su alto grado de abstracción ha impedido la existencia de espacios de convivencia6. El riesgo que supuso el paso de la teoría de la ciudad moderna a la realidad se pagó con la incomprensión de la crítica, que no quiso ver más allá de los intereses del pensamiento arquitectónico surgido de la crisis de la modernidad. La experiencia brasiliense se completó con la aportación de los diseños arquitectónicos de Niemeyer, que corrieron la misma suerte que el trazado urbanístico a los ojos de la crítica. A pesar de que su autor señaló con claridad la preocupación eminentemente simbólica y estética que guió su trabajo para Brasilia: Lembrava-me da praça de São Marco na Itália, com o palácio dos Doges, da catedral de Chartres, de todos esses monumentos que acabava de conhecer, obras que causam um impacto indescritível pela beleza e audácia com que foram realizadas, sem contribuírem para a emoção razões técnicas ou funcionais. É a beleza plástica apenas que atua e domina, como uma mensagem permanente de graça e poesia7.

El carácter experimental de los proyectos para Brasilia, heterodoxamente modernos, fueron duramente juzgados. Benevolo no formuló juicios negativos sobre la arquitectura de Niemeyer en la ciudad, pero Frampton las calificó como “formalismo decadente”8. Curtis leyó en paralelo las experiencias de Niemeyer y Le Corbusier, quizá sin contemplar las diferentes intenciones sociales implícitas en los proyectos de las dos ciudades, lo que explica sus diferentes “profundidades de significado”9. Por último, Colquhoun lamenta la pérdida de intensidad de las realizaciones en Brasilia frente a la producción anterior de Niemeyer, que son obras singulares en diferentes contextos, urbanos y paisajísticos, de gran intensidad10. La ciudad y su Plano Piloto, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por unesco en 1987, debe esperar a un nuevo momento crítico que no la valore como el ejemplo paradigmático de la crisis de la modernidad, sino como una experiencia compleja, en la que se pudieron ensayar valores, ideas y nuevas


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