MIRADAS
HAY VIDA INTELIGENTE EN LA TIERRA ARGENTINA Por Héctor Huergo Responsable de Contenidos Hub Rural Grupo Clarín Conductor de El Campo, la Industria Verde.
La realidad argentina tiene dos caras. Una, explícita y machacona, es la de la crisis económica que, por su recurrencia, nos quema la cabeza instalando una amarga imagen de inmovilismo. La otra es invisible a los ojos, como todo lo esencial. Son latidos que subrayan, con gruesos trazos de evidencias, que hay vida inteligente en la Argentina profunda. Sí, es la agroindustria. En julio pasado, el 90% de las divisas ingresadas por exportaciones provinieron del sector agroindustrial. Y esto sucedió a pesar de las enormes pérdidas ocasionadas por la caída de la cosecha 2017/18, fruto de un año climático inusualmente hostil.
La crisis económica se origina en multiplicidad de factores, pero finalmente explota por el lado cambiario. La escasez de divisas es en buena medida consecuencia de la merma de las que provienen del complejo soja y los cereales. Se perdieron 20 millones de toneladas de soja y 15 de maíz, todas con destino a exportación. Son 8.000 millones de dólares menos que el año pasado. Por supuesto que estas pérdidas impactan en la actividad del interior. Hay un millón menos de viajes de camiones. Cada camión tiene 16 cubiertas, son 16 millones de cubiertas que no ruedan este año. Miles de gomerías con menos trabajo, estaciones de servicio y comedores en las rutas con menor actividad. La señora del chacarero posterga el cambio de las cortinas o el lavarropas. Los corralones de materiales venden menos porque no hay excedente del
campo para volcar en la construcción. Todo sufre. Pero mientras esto sucede, los productores se lanzaron a la revancha. Ya sembraron el trigo que en tres meses más ofrecerá un fenomenal récord de cosecha, con más de 20 millones de toneladas, por un valor de 4.000 millones de dólares. Dos tercios (2.500 millones) se embarcarán a destinos que en los últimos años habían quedado abandonados, por las magras cosechas fruto de restricciones a la exportación. Y viene ahora la cosecha gruesa, la más importante, porque involucra al maíz y la soja. Entre los dos habrá más de 100 millones de toneladas, unos 27 mil millones de dólares. Con enorme esfuerzo financiero, altas tasas de interés, rebuscándose para sembrar como se pueda. Esto se llama “resiliencia”. Y es la mayor fortaleza del sector. Con todo
En julio pasado, el 90% de las divisas ingresadas por exportaciones provinieron del sector agroindustrial. Y esto sucedió a pesar de las enormes pérdidas ocasionadas por la caída de la cosecha 2017/18, fruto de un año climático inusualmente hostil. CAPIAINFORMA / 22