La Sabiduria Magica Vol 2

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Denning & Phillips

Mysteria Magica

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El mismo principio se aplica a las tres Armas llamadas Mayores, de las cuales pasamos a hablar a continuación. Son el Grial, la Vara (llamada generalmente Gran Vara o Lanza, para distinguirla de la Vara Elemental construida antes), y la Espada. El Grial, aunque no es en modo alguno el instrumento último del mago, es el que usa en las operaciones superiores; porque siendo un símbolo del aspecto pasivo y receptivo de la Obra, se puede usar en dichos niveles superiores que el mago no puede presumir de gobernar, sino tan solo de situarse a sí mismo en situación de recibir. Por consiguiente, el portador del Grial, siendo él mismo el verdadero recipiente y el canal de esas influencias superiores, debe traer a su operación en la medida de sus posibilidades sólo la verdad más simple y más sincera. El Grial, está en muchos aspectos, estrechamente vinculado al antiguo Caldero de la Regeneración que aparece en la mitología Céltica: éste se representa como un recipiente mágico concreto del que después de ciertas operaciones el sujeto emerge renovado de su vitalidad y en su juventud. Su arquetipo no es otro que el “Caldero de Annun”, el océano Madre primordial del que todas las formas de vida emergen al principio de su largo camino de evolución. El Grial es un arma mayor, y no debe confundirse con la Copa Elemental que gobierna a las fuerzas de Agua. Una completa ausencia de egoísmo y una perfecta dignidad son los ideales puestos delante del portador de la Gran Vara o Lanza. Es decir que ésta arma es en si idea arquetípica un símbolo fálico no es sino banal; pero merece la pena el señalar que no es en absoluto un descubrimiento freudiano moderno. Horacio, por ejemplo, escribiendo hace dos mil años, prácticamente iguala la Vara mágica tonel pene al usar el nombre de fascinum para ambas varas de poder. Se sigue de ello que sea cual sea el nombre en el que se pronuncia aquel mandato que es reforzado por la Lanza en alto, la autoridad de la lanza misma deriva del Padre Primordial. Sin embargo, esta misma cualidad de obediencia obligatoria pone una limitación, como ya se ha dicho antes, en el uso de la lanza: la mente del hombre puede elevarse hasta ciertos niveles que puede hasta cierto punto conocer y experimentar, pero que no tiene derecho a gobernar. La Gran Vara o Lanza es un arma mayor, y no debe confundirse con la Vara Elemental que gobierna a las fuerzas de Fuego. El arma noble de la Espada, emblema tanto de severidad como de defensa, ocupa un lugar de honor en el Templo: porque aunque el poder espiritual puede fluir allá donde quiera en el universo, sin embargo, si va a fluir por un canal establecido y va a ser recibido en un lugar establecido, debe ser defendido de su posible profanación, desprecio o desperdicio. La Espada se adscribe a Marte; y para equilibrar la gran responsabilidad que conlleva esta Arma supone, como cabria esperar, un gran privilegio. Un juramento hecho sobre la hoja de la Espada es absoluto. Por ello, cualquier espíritu de dudosas intenciones tratará de evadir la Espada por cualquier medio a su disposición, pero nunca la desafiara de hecho. Así, la Espada es, o debe ser, la guardiana de la corriente que fluye desde los Planos Internos para vitalizar y dar realidad al trabajo de la Orden o del Templo en cuestión; de hecho, aunque los así llamados Templos u Ordenes son, en verdad, muchos, pocos de ellos poseen el verdadero contacto con los Planos Internos que les conferiría el poder y la protección de dichos Planos sobre su trabajo.


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