I n ic ia c ió n a l S e g u n d o G r a d o
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EJ iniciado coge los cordones y} con ayuda del asistente, ata a la iniciadora de la misma forma en que le ataron a él. Iniciado y asistente ayudan luego a la iniciadora a arrodillarse ante el altar. La iniciadora dice: ‘Noveno, el Látigo. Para aprender, en Brujería siempre debes dar por lo que recibes, pero el triple. Así pues, donde te di tres, devuelve nueve, donde te di siete, devuelve veintiuno, donde te di nueve, devuelve veinti siete, donde te di veintiuno, devuelve sesenta y tres/ El brujo que está a su lado tiende el látigo al iniciado con un beso. El asistente dice: ‘N ueve! El iniciado propina a la iniciadora nueve golpes suaves con el látigo. El asistente dice: ‘Veintiuno El iniciado da a la iniciadora veintiún golpes suaves con el látigo. El asistente dice: ‘Veintisiete! El iniciado propina a la iniciadora veintisiete golpes suaves con el azote. El asistente dice: ‘Sesenta y tres.’ El iniciado propina a la iniciadora sesenta y tres golpes suaves con el látigo. La iniciadora dice: ‘Has obedecido la Ley. Pero adviértelo bien, cuando recibas el bien, igualmente estarás obligado a devolver tres veces el bien.’ El iniciado, con la ayuda del asistente, ayuda a la iniciadora a poner se de pie y la desatan. La iniciadora lleva ahora al iniciado a cada uno de los puntos cardi nales diciendo: 'Escuchad, vosotros, Señores del Este [Sur, Oeste, Norte]: ---------/nombre del brujo] ha sido debidamente consagrado Sumo sacer dote y Mago [Suma Sacerdotisa y Bruja Reina]! Ahora, el conventículo se prepara para la Leyenda del Descenso de la Diosa. La iniciadora nombra un narrador que leerá la leyenda, si es que no la va a leer ella misma. Si la Leyenda va a ser represen tada, ella designará a los actores que hagan de diosa, de Señor del Infierno y de Guardián de los Portales. Lo normal es que el iniciado actúe como diosa o Señor del Infierno, según el sexo, al igual que la iniciadora o la pareja de oficio del iniciado (si tiene). En la tradición mitológica, el guardián debe ser del sexo masculino, pero no es esen cial. (En los textos de Gardner, ‘Guardianes’ es plural, pero parece no encajar con la mitología.)