la altura de despeje original del edificio, que estableció la Dirección de Frente Marítimo, cumplió las expectativas prevista por los ambientalistas. Es decir la elevación del edificio, no interfirió en la dinámica de las dunas, lográndose una amplia recuperación y restitución de arena”. Y como cada verano tiene su historia, el Parador Neruda comenzó desde el año pasado a escribir un nuevo capítulo que superó nuestras expectativas y la de todos los visitantes. “Neruda como obra, tuvo el reconocimiento del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Bs.As. distrito 9, ofreciendo publicar en la tapa de la Revista CAPBA Distrito IX, en el mes de marzo del 2018. La propuesta arquitectónica con Neruda, fue diferente, ya que el balneario propiamente, no contaba con una historia propia. Los hechos anteriores, pertenecían al recordado Chao Montesco. La idea del proyecto, fue reconstruir una ondulación que “sustituya” el médano, que estaba interrumpido, atravesado por otro plano curvo, en dirección perpendicular al mar. El desafío de la cubierta no fue solo formal, sino también tecnológico, ya que se envió a construir las vigas multilaminadas con un radio de curvatura exacto para lograr una cubierta ondulada, respetando los planos limites que exigía la normativa. La vinculación con el medio ambiente fue una de las premisas, por eso la curvatura de las terrazas, evitando así los frentes de choque que interfieran en la dinámica costera. Lo mismo que la decisión de no tratar el acabado de la madera con ningún tipo de pintura ni impregnante, así evitamos el uso de productos químicos”, afirma la Arq. Laura Bernaola inspirada en una frase de Marcio Kogan: “No es trabajo sino se disfruta”. •
¨Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”. (Pablo Neruda)
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