Cinco semanas en globo de Julio Verne
Capítulo XIII
Cambio de tiempo. - La fiebre de Kennedy. La medicina del doctor. - Viaje por tierra. La cuenca de Imengé. - El monte Rubeho. -A seis mil pies. Un alto en el camino del día
La noche transcurrió en calma. Sin embargo, el sábado por la mañana, Kennedy sintió cansancio y escalofríos al despertarse. El tiempo cambiaba; el cielo, cubierto de densas nubes, parecía prepararse para un nuevo diluvio. Un triste país, Zungomero, donde llueve continuamente, excepto tal vez unos quince días en el mes de enero. Una violenta lluvia no tardó en envolver a los viajeros; debajo de ellos, los caminos cortados por nullabs, especie de torrentes momentáneos se volvían impracticables, además de estar cubiertos de matorrales espinosos y llanas gigantescas. Se percibían claramente esas emanaciones de hidrógeno sulfurado de las que habla el capitán Burton. -Según él -dijo el doctor-, y tiene razón, se diría que ha y un cadáver oculto detrás de cada matorral. -Es un maldito país -respondió Joe-, y me parece que el señor Kennedy se encuentra mal por haber pasado en él la noche. -En efecto, tengo una fiebre bastante alta -dijo el señor Kennedy. -Nada tiene de particula r, mi querido Dick; nos hallamos en una de las regiones más insalubres de África. Pero no permaneceremos en ella mucho tiempo. En marcha.
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