Edición Octubre 2014 Nro. 47 Distribución Gratuita Tiraje: 10.000 ejemplares
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Momentos de enraizamiento interior Por: Alexis B.
Son momentos de enraizamiento interior, donde nuestros pilares deben de ser reforzados para elevar la esencia de nuestro ser. Un presente que va más allá de nuestro ahora actual. Con él elevaremos el alma de quien somos. No hay limitación, teniendo en cuenta que ésta, parte de nuestra voluntad al alejarnos de nosotros mismos. Cuando nos unificamos con aquel quien en verdad somos, entonces, el sol mantiene su calidez e intensidad, iluminando nuestro camino y el de aquel que se acerque a nosotros. Somos un faro en medio de una gran tempestad de los tiempos actuales. Los movimientos emocionales de cada uno se deben a la transmutación de quienes fuimos a quienes somos. Nuestra nave parece tambalearse a punto de ser golpeada por alguna roca emergente en nuestro caudal para hundirnos, pero solo son imaginaciones nuestras, porque lo que puede suceder no se encuentra en nuestra mente, y menos en nuestro pasado, por lo tanto, aquello que experimentamos en el ahora, solo es fruto de los miedos acumulados a lo largo de nuestro camino.
Nos encontramos en tiempos donde la integridad, la honestidad y la compasión son parte importante de nuestros pilares para elevarnos como seres divinos que somos. Dejar la humanidad para permitir la manifestación de nuestra divinidad nos compele a hacer mucha limpieza en nosotros, y esto es lo que está sucediendo en estos momentos en nuestra vida y en gran parte de los que habitamos este amado planeta. El proceso de la liberación es grande, inmenso, y debido a que muchos todavía no están acostumbrados a dejar ir, sucede lo que sucede. No hay peligro. No hay miedo un paso más allá de donde te encuentras, pero debes de experimentar el dar este paso para traspasar el umbral de la nueva vida ante la cual ahora te encuentras. Es una cuestión de libre albedrío, porque en todo momento se te respeta para el mayor bien de tu alma. Cuanta más resistencia haya en ti, más movimiento emocional se producirá en tu interior. ¡Libérate de aquel quien no eres para dar paso a tu verdadera esencia manifestada! ¡No teman!, a todos aquellos que se sienten removidos interiormente y dudan de lo que les está sucediendo. Sólo es el universo que les viene a ofrecer la libertad de tu ser para poder manifestar la divinidad que hay en ti. Son momentos para enraizar y mantenerse bien firmes en la fuerza del corazón y la protección y sosiego de aquel ser real que eres. Nada debes de temer, porque los tiempos actuales están haciendo una limpieza en el planeta, separando a los que quieren adaptarse a esta nueva etapa de la vida, y los que no. ¡Enraízate y no temas, porque estás siendo fuertemente protegida y amada, estimada alma! Deja que tus raíces se adentren bien al fondo de tu esencia para agarrarse con fuerza y absorber la fuerza interior que hay en ti. Deja que el alimento que ya se encuentra dentro de ti alimente cada parte de tu ser, dándote aquello que necesitas en todo momento para el fluir con la vida y la apertura de la plenitud en todo aquel que se haya enraizado con las energías del amor, con la integridad plena de su ser. Todo lo que está sucediendo en estos momentos en nuestro planeta está dirigido para decir ¡Basta! de ser aquel quienes no éramos, y dar paso a quien somos realmente. Esto es Amor, y el universo nos da una nueva oportunidad y nos facilita que podamos dar este cambio. Esto es Integridad, Honestidad. La Unicidad llama a nuestra puerta para dejar atrás las limitaciones y poder emprender el camino sentido en nuestro corazón desde hace muchos años. Ahora es la oportunidad tan esperada y dar la mano al AMOR en nosotros. Con él nada nos detendrá. Deja que tus raíces lo abracen. Escucha su voz y pon a término aquello que te dicte, porque él, sabe el camino a seguir a partir de ahora. La pureza manifestada es fruto de la liberación de nuestros miedos y el inicio de una nueva etapa vivida desde el corazón. Tu nueva guía. Tu nuevo consejero. El altavoz del Hogar que te abre las puertas para darte cuenta que perteneces a una Familia Superior, tu verdadera Familia. Vivir en la materia te confunde, te ha distraído y te ha hecho creer que aquel quien eres no es más que una quimera. Ahora empiezas a despertar y te das cuenta que esta quimera que te hicieron ver hace años, solo era la ignorancia de quienes lo decían. Esta quimera es la realización de tu presente, porque aquello que sentimos en nuestro interior, es el camino a seguir, y con el tiempo, esta quimera se convierte en realidad. Ahora nos encontramos en la materialización de lo que sentíamos hace tiempo. Ha habido un trabajo personal, y ha llegado la hora de recoger sus frutos. La tierra ha sido labrada, abonada y plantada, y después de un tiempo de espera, ha llegado la hora de empezar a recoger los frutos tan anhelados. No es una ilusión cuando has ido cuidando tu interior. No es una ilusión el querer recoger unos frutos cuando el tiempo ha acompañado y el trabajo realizado con la tierra ha sido el adecuado. Algunos todavía dicen no darse cuenta de lo que está sucediendo. ¡No los escuches! ¡Déjalos! porque también llegará su momento, bien en la vida actual o en otro planeta de un nuevo universo ya creado para los que decidan no dar el paso. Observen sus frutos y alimentense de ellos. Su corazón les está hablando claro y alto. ¡Es tu hora! Ha llegado tu momento para cruzar el umbral hacia aquel quien eres. Muchos ya lo hemos cruzado y te esperamos al otro lado. Ven hacia la Luz. Deja que tu Divinidad te guíe y te lleve allí donde debes de estar con tu nueva manera de ser más amorosa y con la sabiduría adecuada para dar los pasos por tu misma, amada alma. Son tiempos donde cada uno debe de decidir quién quiere ser a partir de ahora: continuar con quien fuiste y todo lo que viviste, o adentrarte a aquel quien eres y manifestarte con todo tu resplandor ante el mundo y tu entorno, dejando que la Luz ilumine tu camino y a tu entorno. Por eso, debes de enraizarte en tu interior para dejar que el ser amoroso que eres pueda ser presentado al planeta con todo su resplandor.