PAISAJE ANDINO Estábamos subiendo el segundo pico, el Cocuantuco, cuando el maquinista frenó. Un hombre tumbado en la vía. Entre el maquinista, Esteban y yo le
reanimamos. Apenas se mantenía en pie
de borracho que iba. Se giró bruscamente, tropezó y
cayó al abismo. Ni lanzó un grito.
Después vimos el barco de las provisiones que se acercaba a Puerto Poquito. El maquinista dijo que había que
darse prisa para llegar a nuestro destino antes de que anocheciera.