El pato 207 baja

Page 113

La pesca de pejerreyes desde los muelles del Paraná Guazú reúne tres características que la hacen sumamente popular: es cercana, de costa y barata. Pero más allá de esos condimentos que permiten su acceso a un gran número de aficionados que no gustan de embarcarse y que pueden practicarla por sus costos módicos -tanto en acceso a buenos equipos como a lugares para desarrollarla-, es una pesquita muy técnica que tiene encanto propio. Está el buscador de “juncaleros”, pequeños pejes que se pescan pegadito a los muelles, practicando la modalidad de “gatillo” en la línea, o aquel otro que busca el Gran Paraná metiendo línea adentro con un buen puntero impulsor. De yapa, en todos los recreos

podemos cortar la jornada al mediodía para gratificarnos con un buen asadito, y seguirla por la tarde. Y porqué no por la noche, dado que muchos de estos predios ubicados tanto río arriba como río abajo del segundo puente de Zárate-Brazo Largo, cuentan con iluminación. Este 2013, la pesca de pejes en el Guazú se hizo desear, dado que mayo tuvo un rinde prácticamente nulo y el peje comenzó a mostrar signos de actividad firme recién en la segunda quincena de junio. Esta temporada que entró corrida ( presumiblemente por las altas temperaturas que se mantuvieron hasta mediados del mes pasado, con marcas térmicas de más de 20 grados en muchas jornadas), hizo que valiera la pena la espera: el arranque fue con pejes de sorprendente tamaño para lo esperable en la

zona. De ello dimos cuenta en nuestro relevamiento, efectuado en el Anexo Guazú de la Asociación Argentina de Pesca, al que visitamos pocos días antes de la inauguración de un segundo muelle que, construido aguas más adentro, permitirá mejores chances de pesca ganando en profundidad. Y aquí conviene detenerse para hacer un comentario sobre la dinámica acuática en este curso: el Paraná Guazú divide Entre Ríos de Buenos Aires, y por regla general, en la margen entrerriana el agua socava la barranca, mientras en la margen bonaerense forma bancos. Así las cosas, con este curso que “come” de una orilla y “deposita” en otra, tendremos recreos de aguas profundas en las costas entrerrianas (De aguas abajo a aguas arriba: club La Isla, La Torres, Los Pinos, Río Paraná, Iponá Guazú, Club de Pescadores de Buenos Aires, La Isoca, Club Zárate, Vidal, El Manguruyú y club Ballester), y

recreos de aguas bajas en costas bonaerenses (también de aguas abajo a guas arriba: Club Guazú y Asociación Argentina de Pesca) y sobre el pasaje Talavera (que desemboca en el Guazú), a los recreos Keidel, Gaibú y el club El Anzuelo. Como dijimos, en el recreo de la Asociación, se lucha permanentemente contra un gran banco de arena, hecho que obliga a tener en el equipo algún puntero pesado para meter la línea lo más adentro posible. Esta pesca de caminata, que se hace acompañando la línea en su deriva aguas abajo, sobre muelles que están construidos de manera paralela a la costa, hará que indefectiblemente sobre costas bonaerenses la línea se venga hacia nosotros, más o menos lentamente, por lo que en cada pasada tal vez tengamos que volver a lanzar aguas adentro varias veces en una misma caminata para tener mejores chances con los buenos pejes. En los muelles entrerrianos, en cambio, la correntada suele ser El pAtO - JUL. 207 -

113


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.