El último
rockero sur del mundo Hasta hace algunos años Charly García ofrecía maratónicos conciertos de culto en su bar Say No More. Tocatas sin fecha ni anuncio, recitales que los fans tenían que cazar. Eso sí, había una pista: siempre partían a las cuatro de la madrugada y terminaban cuando los parroquianos ya llegaban a las oficinas. Cada una de esas noches, los presentes experimentaban la verdadera declaración de principios, y de amor, de Charly. El periodista Julio César Rodríguez lo vivió y estuvo ahí compartiendo el mito y el rito con García. Meses después escribió este artículo que Revista P reproduce en exclusiva para ustedes.
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