PRÓLOGO Héctor Jaramillo
VOCACIÓN Aunque abunden explicaciones, sigue siendo un misterio cómo se
medios para crear arte. Nuestra colindancia con Norteamérica man-
origina la vocación en las personas. Y más misterio hay en cómo nace
tiene el lazo cultural más fuerte que pueda existir: el lazo consanguí-
una vocación comunitaria; cómo, en menos tiempo de lo que podría-
neo. Recuérdese que a mediados del siglo XX, época en que nacen
mos imaginar, se crea una tradición regional.
los primeros fotógrafos de arte en Chihuahua, habían pasado apenas
Mata Ortiz es un polvoriento pueblo mexicano muy alejado de
tres generaciones desde que el sur de Estados Unidos era mexicano.
los grandes centros urbanos, en la planicie árida del estado de Chi-
Muchos chihuahuenses tenemos familia en el otro lado, y muchos so-
huahua. Hace treinta años era una ranchería ferrocarrilera de gente de
mos, un poco o un no tan poco, chicanos del lado de acá. Y como la
campo que se sostenía más con la vida del tren que con las labores
mayoría de los fotógrafos nacen y se aglutinan en los grandes países
de una tierra poco fértil. El cierre del ferrocarril condenó a Mata Ortiz
industrializados... algo nos habrá tocado. Al estar tan pegados a Nor-
a desaparecer. Por ese entonces el joven ferrocarrilero Juan Quezada
teamérica gozamos de miles de sus bendiciones (y, claro, de sus mal-
había desarrollado una técnica para copiar piezas de cerámica de la
diciones). La televisión, por ejemplo: fuimos los primeros habitantes
desaparecida cultura Paquimé, piezas cuyos vestigios se encontraban
de una comunidad latinoamericana en recibir el impacto de la caja
en la zona aquí y allá nomás desparramando la vista, presas fáciles
idiota y, si consideramos que nuestras ciudades eran entonces casi
del saqueo. Las reproducciones de Quezada, que en poco tiempo se
rurales, por lo pronto tercermundistas, el impacto fue doblemente
volvieron más delicadas que sus originales, llamaron la atención de
intenso. Desde hace 50 años una gran parte de los niños fronterizos
coleccionistas de arte. Al desaparecer el ferrocarril, Quezada compar-
urbanos nos hemos sabido toda la programación de todos los ca-
tió la técnica con sus vecinos y rescató al pueblo de la extinción. Hoy
nales y hemos dividido aquellos largos días, como son de largos los
trabajan en Mata Ortiz más de cuatrocientos alfareros, muchos con
días en la infancia, la mitad en la calle y la otra mitad frente a la tele.
obras en importantes museos y galerías del mundo y con distinciones
Nuestra inclinación fotográfica puede ser explicada por la psicología
nacionales, como el Premio Nacional de Arte, e internacionales, por su
con un nombre que parece enfermedad: regresión infantil : tal vez nos
calidad y sensibilidad. Los pobladores de Mata Ortiz son gente cuyas
convertimos en fotógrafos con la ilusión de revivir aquellas imágenes
manos ásperas nunca antes habían tenido contacto con labores “refi-
bidimensionales que nos fascinaron aún antes de saber hablar... Si la
nadas”. ¿Cómo se reveló en ellos su vocación artística?
influencia de la televisión no es causa suficiente para volverse fotógra-
Casos similares se encuentran en cualquier parte. El estado de
fos, podemos añadir otro factor también relacionado con la frontera: a
Washington en Norteamérica es considerado la meca del vidrio so-
Chihuahua le toca ser “el dique del tercer mundo ante el embate de la
plado, y esta tradición se debe, también, a una sola persona, hoy joven
mercadotecnia anglosajona”, dique que en nuestra infancia no tuvo,
aún y en activo: Dale Chihuly. Esa tradición cumple apenas 30 años
y actualmente tampoco tiene, una decidida intención de rechazar la
pero, por su poderosa presencia internacional, parece de siempre.
seducción de la propaganda visual moderna, la más avanzada jamás
A medida que avanzaba en el trabajo de recopilar y seleccionar
habida. Desde chicos tuvimos un tupido contacto con la fotografía
fotografías fui corroborando la profunda vocación fotográfica de la
impresa de alta calidad y de gran formato, y a la fecha sucumbimos
gente de Chihuahua, básicamente la agrupada en sus dos grandes
sin misericordia a la oportunidad malinchista de hacer comparacio-
centros urbanos: Chihuahua capital y Ciudad Juárez. Me considero
nes entre las revistas, los cómics, las portadas de los discos made in
fanático empedernido de la fotografía, prácticamente de la que sea,
USA y las impresas en México, y eso sin contar los folletitos, folletotes
así que padezco el vicio sin cura por los libros del género. Puedo decir
y los nacientes espectaculares publicitarios. En los 60’s se pusieron de
que muy pocas veces he visto reunidas tantas imágenes de alta cali-
moda los carteles, llamados pósters, que podíamos adquirir en El Paso,
dad hechas por fotógrafos de una sola región como las que aquí se
Texas, y que eran motivo de envidia para nuestros amigos del sur del
presentan. Espero que tu visita a estas páginas avale mi dicho.
país. Agreguemos a todo esto el fácil acceso de los chihuahuenses a la
tecnología de pico, léase en nuestro caso equipo y material fotográfi-
¿Y de dónde nace en los chihuahuenses el entusiasmo? ¿De dón-
de sacamos lo fotógrafos? Dan ganas de compartir la culpa con los
co, mucho menos costoso y más variado que en el resto del mundo.
vecinos: El estado de Chihuahua colinda nada menos que con los Es-
Es notoria la cantidad de cámaras de lentes intercambiables, análogas
tados Unidos de Norteamérica, país que a partir de los 50’s convertiría
o digitales, que han circulado y circulan en manos de chihuahuenses
a la imagen fotográfica en una de sus herramientas más poderosas
no profesionales desde hace más de un siglo, cuando comenzaron a
de manipulación social, pero también en uno de sus más afortunados
venderse popularmente en El Paso.
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