Copa Sin Fronteras Alfonso Bringas
Past Comodoro de la AVOP y Co-Fundador del Torneo
Fue en el año 1999, cuando participé en mi segunda Copa Galápagos, que conocí a dos grandes amigos: uno arquitecto y el otro ingeniero, se trataba de Gabriel Vela y de Rafael Quintero. En aquella oportunidad, después de haber participado en la Copa de 1996 sin mucho éxito, decidí preparar mejor mi velero Papiro e ir con velas nuevas y buenos regatistas. Fue así que tuve la suerte de ganar la travesía Salinas – San Cristóbal. La primera persona que se me acercó a felicitarme y darme un abrazo fue Gabucho con un: ¡¡¡Buena regata compadre!!! Ese fue el inicio de una entrañable amistad y de la creación de la Regata Sin Fronteras. Al día siguiente, que era libre, quedamos en juntarnos con los veleros en isla Lobos, donde yo les iba a invitar un cebiche a la peruana hecho con langosta y albacora. Después de varios cebiches y cervezas fue que tomamos la decisión (ya que en aquel entonces ambos éramos Comodoros) de organizar una regata que uniera por mar a ambos
países y fue así que surgió el nombre de Copa Sin Fronteras. Cuando le pregunte a Gabucho cuándo la haríamos, su respuesta fue contundente: ¡el próximo año! Al finalizar la tarde se acercó el velero de la armada Alcance, al que Gabucho le indicó que se acoderara con nosotros y conminó a los tripulantes a que hicieran una marcha de honor en mi velero Papiro, en la cual cada tripulante saltaba al mar al culminar la marcha; no tengo que decirles quién fue el último en marchar y lanzarse al mar. Un año más tarde la primera Copa Sin Fronteras ya era una realidad. Yo me encontraba en el muelle de Cancas en calidad de Comodoro, recibiendo en compañía de las autoridades a los veleros Ecuatorianos que iban arribando. Ya al finalizar el día me indicó el oficial de la Capitanía que sólo faltaba de registrar un velero ya que no había nadie a bordo. Cuando fui a verificar se trataba del Olympus de Gabucho. Hablando con él más tarde en el hotel de Punta Sal, me informó alegremente que él había venido
sin zarpe, ya que ¡ésta era la Copa Sin Fronteras! Tuve que calmar los ánimos de las autoridades indicando que se habían extraviado los papeles y finalmente lo recepcionaron después de mucha insistencia. Al día siguiente, en la Ceremonia de inauguración y premiación de la primera regata, me encontraba en la mesa de honor conjuntamente con Gabucho y las autoridades nacionales. Al tomar mi compadre el micrófono para dar su discurso como Comodoro, no tuvo mejor idea de iniciarlo que diciendo que él subió a su velero en Salinas, llamó por radio al Yacht Club e indicó que zarpaba al Perú… sin zarpe ni documentos. Yo sólo atiné a mirar hacia abajo para no enfrentar la mirada de las autoridades. ¡Así era Gabucho! Siempre que nos encontrábamos en Galápagos, él me decía: Voy a vivir tres años más para volver a encontrarnos acá… lamentablemente la última vez no pudo cumplir su promesa. ¡Descansa en paz Amigo!
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