Julio Venegas (1926 - 2016) fue un verdadero hombre de paz y cordura. Un silencioso gigante que, en cada gesto, hacía el mundo más humano.
Este canto es un llamado a no dejar que lo que él encarnó desaparezca.
Dedicada a mi amigo Felipe quien, con su calidez, es un digno heredero de su padre.
Agradezco, con todo el corazón a Victor Galaz por su inconmensurable ayuda. Esta obra es mitad tuya.