Oyachachi 8

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4. Biodiversidad

La fase del esporofito es dominante en el ciclo de vida, pero cualesquiera que sean sus adaptaciones o capacidades ecológicas, sólo podrá establecerse en sitios adecuados para el crecimiento y reproducción sexual de la pequeña fase gametofítica. La reproducción vegetativa del esporofito, por ejemplo por medio de rizomas o yemas, es un fenómeno común en la pteridofitas y permite la propagación local de la especie. Las pteridofitas muestran una gran variedad de formas de crecimiento y de adaptaciones ecológicas. La mayoría de las pteridofitas son hierbas de tamaño medio, pero los helechos más grandes son árboles con tallos de hasta 15 m o más de alto (Fig. b), otras son lianas y trepadoras y un gran número de especies crecen como epífitas (Fig. c). Muchas epífitas son plantas pequeñas, las más pequeñas son helechos que parecen musgos (Fig. d), los cuales tiene hojas de menos de 1 cm de largo. Muchas de las especies necesitan una humedad elevada y buen drenaje para las raíces y son especialmente abundantes en montañas tropicales que no tienen una estación seca y allí, son especialmente frecuentes como epífitas o sobre rocas. Algunas especies están adaptadas para largos períodos de sequía. Se espera que las pteridofitas sean particularmente adecuadas como indicadores de las condiciones ambientales porque virtualmente todas son dispersadas por esporas transportadas por el viento y, por lo tanto, tienen más probabilidad de colonizar hábitats adecuados más eficientemente que la mayoría de las plantas con flores que a menudo dependen de polinizadores y dispersadores específicos.

Figura d. Trichomanes angustifrons, una pequeña epífita con hojas de aproximadamente 2 cm de largo; esta especie forma colchones parecidos a musgo sobre los troncos de los árboles.

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