Ascenso a cumbre principal del Antofalla
altura, trataran de llegar a los 5700 m y encontrar un buen lugar para armar el campo de altura. Avanzan por una quebrada bien marcada que gana altura de manera sostenida, son siete los integrantes que suben, solamente quedan en el campo base Gerardo y Sergio , quienes tienen a su cargo la tarea fundamental para el grupo, siempre tener alguien que vele por el resto, dispuesto a ayudar cuando sea necesario. A medida que suben van perdiendo las esperanzas de encontrar agua, alguna vertiente que sea útil para poder disponer del líquido elemento en el campo alto. A la tarde llegan al un lugar que parece ideal para armar las carpas, están a 5700 m y confirman un tema no menor, no hay agua potable cercana, la que encuentran trae mucho azufre incorporado. Dejan la carga y bajan al atardecer al campo base, en donde Gerardo y Sergio ya tienen algo caliente para ofrecerles. Día 15 Poco tiempo después del amanecer un calentador se prende, el desayuno en marcha, todos están de buen humor y eso es una muy buena señal a esta altura. Luego cargan nuevamente sus mochilas y comienzan el lento pero firme andar hacia el campo de altura. Sergio se queda solo en campamento y saluda uno por uno a sus compañeros. Mientras tanto la expedición llega al campo alto, ya instalados, una vista única les recompensa el esfuerzo, se hidratan, comen algo y preparan el ataque a la cumbre principal. Deciden salir a las 2 de la madrugada debido a que el clima se torna muy inestable después del mediodía. A las l8 horas se desata un fuerte temporal de viento y nieve... se sumergen en sus bolsas de dormir tratando de descansar por las pocas horas que les queda antes de partir hacia la cumbre. Mientras tanto y a esa hora, en el campo base Sergio se sorprende
Cumbre principal 6461 m Vn. Antofalla
al recibir visitas en medio del temporal, ellos son Ulises Kuznezov, un joven y reconocido guía de alta montaña de Tucumán, Matías Marin de Buenos Aires y la simpática mendocina Gabriela Cuadra, quienes también vienen con la intención de subir la cumbre principal del volcán, por ello se instalan en el domo y comparten amistad y vivencias. Día 16 Comienzan a organizarse pasada la medianoche, hay que cambiarse, calentar agua y comer algo. A la hora convenida todos salieron de sus carpas, hace frio y sopla un viento helado, pero tiene el cielo despejado que augura un hermoso día, el buen humor sigue presente, la noche es soñada, “que dulce e íntimo orgullo se siente al dejar la comodidad y calidez de la bolsa de dormir, para adentrarse en los helados dominios de la noche montañera”. Solo se escucha el ruido de las botas, la respiración y algunas palabras de aliento, la magia de esos momentos es única, están donde quieren estar. Al cabo de unas horas Gastón, decide regresar a las carpas, un malestar le impide seguir la marcha y con buen criterio emprende el regreso. Luego de varias horas de ascenso lento pero sin pausas, una suave luz asoma en el horizonte, amanece y el sol va tiñendo las nubes de amarillos y rojos. Todo va cobrando vida lentamente, la cima ya se vislumbra cercana, una pendiente inestable, sostenida y muy marcada remata sus líneas en ese punto mágico... la cumbre. A las 8,30 horas llegan todos juntos a los 6461 m del morro cimero, el abrazo interminable entre Emilio, Christian, Adrián, Javier, Julieta, Gerardo y Martín es emoción contenida. Este volcán tiene en su cumbre ruinas de tiempos antiguos, en forma de círculo y en su centro un bloque de piedras con una de forma vertical muy curiosa, sacan fotos, dejan el testimonio de rigor y emprenden el regreso, dado a que la travesía integral comprende