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A N G U L A R |
NATURALEZA
Los alimoches (Neophron percnopterus, arriba) son muy comunes en la isla de Socotora, y es fácil verlos caminando por playas de guijarros en busca de cangrejos. Las aguas del archipiélago albergan una veintena de especies de cetáceos, entre ellas seis delfines (abajo, un delfín rotador, Stenella longirostris) y una decena de ballenas.
Los piratas han provocado la retirada de parte de estos navíos, y en consecuencia las poblaciones de peces se han recuperado, para alivio de los pescadores del lugar», puntualiza el fotógrafo. Los habitantes de Socotora, añade, tienen voluntad conservacionista. «Debido a la pobreza de su territorio, los isleños han desarrollado normas tradicionales para favorecer la protección de sus recursos naturales, tales como la prohibición de talar árboles sin el permiso del consejo del poblado, responsable de la toma de decisiones, o la imposición de períodos de veda en las zonas de pesca.»
En dos estaciones distintas el monzón azota Socotora. El procedente del sudoeste, mucho más intenso que el del nordeste, sopla entre junio y octubre y afecta la costa norte (arriba, Ras Di Heybaq), de tal modo que durante esos meses la pesca es imposible.
A
quí el reino marino, excepcionalmente bien conservado, está constituido por cinco tipos de hábitats muy diferenciados: las marismas y lagunas de aguas poco profundas, como la de Ditwah, donde proliferan las praderas de fanerógamas de las que dependen numerosas especies; las playas de arena, donde habitan los pepinos de mar y numerosos crustáceos y nidifican las tortugas marinas, y las de guijarros, hogar de caracolas, bivalvos y gran diversidad de crustáceos; las costas rocosas, formadas por arrecifes fósiles, terrazas y grandes rocas, donde anidan importantes colonias de aves marinas; las comunidades de coral, formadas por unas 250 especies, y el mar abierto, donde el suelo marino alcanza profundidades que superan los 3.000 metros. •
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