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Por tres distintas veredas los tres hombres bajaron hacia el puehlo. Atardecla. ---iJuu!---resonó en la quietud de los montes. Taurino habla detenido su caballo. ---iJuu!---parando t a m b i h sus bestias, respondieron a dos voces el terrateniente y el ranchero. Taurino gritó: ---¡Esta noche e s la función de los maestros; allí podemos empezar: ¡Déjenmelo a mí! Siguieron el descenso. Prisma8 vidriados eran los cerros con la hora en las refracciones de la luz.
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