Fronteras Móviles: Andar como contacto humano.

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Son hoy algunos artistas y poetas los que recuperan el antiguo papel de los profetas al proclamar el valor de aquella vieja mirada que, en todo instante y en todo momento, reclama su eternidad. No como simulacro visual, sino como mirada íntima, “ingenua”. La que descubre en la raíz misma del sí-mismo la presencia de lo otro, los nos-otros que me unen a todo el cosmos, pero por el camino, en todas y cada una de las cosas que nos rodean. Pero, sobre todo, que nos une y vincula a este animal de deseos y razones que hemos convenido en llamar humano para recordar que nació de la tierra y que a ella está unido y destinado.

http://www.estherferrer.net/EFerrer. html MARCAR EL ESPACIO

¿Por qué nos gusta marcar lugares específicos? Algunas veces se trata de conmemorar o sacralizar un lugar, como cuando se erige un monumento o una tumba. Otras se quiere señalar solo la propiedad, como cuando se coloca una barrera o se determina una frontera nacional. Pero otras se puede marcar un espacio unicamente por placer, son espacios vacíos, espacios que por diferentes razones nos interesan. Una parte del trabajo de Esther Ferrer va en esta dirección, por ejemplo los llamados Triángulos de Napoleón, (2) 30

que demuestran un teorema lanzado en la época del emperador, aunque sin duda no por él. Un nuevo lugar encontrado y marcado, un espacio que no tiene significado sentimental, ni legal, ni geográfico ni cualquier otro, justo un lugar que define un curioso hecho geométrico. Pero de marcar a enmarcar la distancia es mínima y con frecuencia los trabajos artísticos están definidos por un marco. Un hecho que ha interesado particularmente a Esther Ferrer durante años. En el mundo post-Duchamp, somos nosotros mismos los que decidimos lo que es artístico o no y los que colocamos los marcos. Al enmarcar el vacío como ha hecho algunas veces, Esther Ferrer lleva esta idea a su conclusión lógica. Sin embargo esta conclusión, no es nihilista. Cuando un marco enmarca un marco, que enmarca otro marco, que enmarca otro marco, etc. (como en la serie “Tableaux d’ameublemente” - Hommage á Satie), la lógica encaja a diferentes niveles y los marcos ellos mismos se convierten en objeto artístico. Algunas veces, la artista coloca algo en el interior de uno de sus marcos, pero será siempre un objet trouvé, un objeto no-artistico, que se convierte en artístico porque así decidimos verlo, y de esta forma volvemos a Marcel Duchamp. Cuando el marco se realiza a gran escala (5m x 5m x 30 cm) marcando así dos espacios, - como en la Bienal de Venecia 1999) - lo que permite a los espectadores


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