VII Congreso nacional de la empresa familiar

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porque eso de la muerte es algo muy difícil. Es difícil hablar de la muerte, es difícil pensar en que las personas que más queremos van a morir, pero también es la única cosa de la que podemos estar seguros. ¿Hay alguien aquí que no va a morir?, no creo. ¿Hay alguien aquí que sabe cuando va a morir?, tampoco. Una vez hice esta pregunta y un hombre levantó la mano y yo no sabía que hacer. Le pregunté: “¿cómo es que lo sabe?”, y me dijo: “bueno, tengo cáncer y el médico me dio tres meses, y lo que usted nos dice de lo que hace falta preparar lo hago todo ahora, en vez de pasar este tiempo con mi familia que es lo que me gustaría hacer; estoy pasando los días con los abogados, con los asesores y si puedo aconsejarle a todos que se preparen de antemano”. Voy a hablar de cambios. Somos los que repetidamente hacemos, si seguimos haciendo lo que solemos hacer, siempre tendremos los mismos resultados, ¿verdad?, es lógico, pero si cambiamos nuestra forma de obrar y consistentemente lo practicamos, conseguiremos nuevos resultados. El cambio nos brinda una excelente ocasión de renovarnos y descubrir quiénes somos. Los planes estratégicos de contingencia, son herramientas prácticas para afrontar el cambio. Yo, más que nada, soy una mujer práctica, les voy a dar dos modelos hoy, uno que es más bien teoría, pero el segundo modelo que es algo muy práctico, que pueden llevar a casa y a la empresa para prepararse para el cambio inesperado. Primero, hay tres consideraciones para llevar a cabo Planes Estratégicos de Contingencia. Es importante las buenas relaciones familiares sostenibles multigeneracionalmente. ¿Hay alguien aquí que en su familia nunca haya habido conflicto?, es imposible; el conflicto es normal y durante épocas en que hay mucho cambio, el aumento del estrés también es significativo y durante estas épocas cuando hay mucho estrés, si no hay buenas relaciones familiares, entonces habrá muchos más conflictos y habrá muchas más dificultades de manejar el cambio, o sea, que las buenas relaciones son muy importantes. Segundo, a mi parecer es muy importante entender el legado como trabajo en progreso, tanto individual como colectivo, y por eso quiero distinguir entre el legado y la herencia. La herencia es algo que les dan los padres, los abuelos, los bisabuelos, pero el legado es lo que hacen ustedes con esta herencia, es lo que hacen para preparar la próxima generación, y la siguiente, para manejar, para sobrevivir y gozar de la vida. Y tercero, la ilustrada y prudente administración de las cuatro fuentes de riqueza familiar. Este es el primer modelo que quiero presentarles. Que hay cuatro capitales, en cuanto a la riqueza familiar. Primero, el que parece más normal, es el capital financiero. Segundo, el capital humano. Tercero, el capital social y por fin, el capital intelectual. Ahora les voy a dar unas definiciones, para ver si parece más coherente. El capital financiero, claro, es el dinero, propiedades, acciones y otras inversiones de capital que dan rendimiento. El capital humano son los valores individuales y colectivos familiares, habilidades y destrezas, enterezas y experiencia, miembros de la familia y la política, directores y accionistas, fiduciarios y beneficiarios asesores. O sea, que este capital humano es muy importante, y cuando la gente no se da cuenta de esa importancia, y nada más se enfoca en el capital financiero, entonces pone en riesgo a la familia y a la empresa, más que nada, durante esas épocas de cambio inesperado o de situaciones imprevistas. El capital social son los recursos dedicados a la comunidad y actividades

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