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BOLETINDEL ARCHIVOGENERAL DE

LA

NACION

tar para la República Dominicaiia la posición de colonia en el Reyno español. A los valientes patriotas que el 16 de agosto de 1863, dieron el grito de Ca~otillopertenece la gloria de haber restaurado la soberanía nacional en los momentos más críticos de la historia dominicana. Pero de entre las vicisitudes que siguieron a la derrota de las tropas peninsulares, aparece otra vez Buenaventura Báez, quien en su periodo de los seis años, queria vestir el traje de Tio Sam por mal que le cayera. Las negociaciones entre los conductores de la República Dominicana y de los Estados Unidos que culminaron en el tratado para la anexión de la primera a la última potencia, tuvieron su comienzo en las actividades del Presidente Cabral para arrendar la península y la bahía de Samaná. El 19 de enero de 1867, Frederick W. Seward, hijo del Minist de Relaciones Exleriores de 40s Estados Unidos, llegó a Santo D mingo para negociar el arrendamiento o la adquisición de la península, pero la oposición del Ministro de Guerra, General José de Carmen Reinoso, y del Ministro de Relaciones Exteriores, Don Jos' ~ab'Ae1García, no le permitió a Cabral llevar las negociaciones una conclusión. En vista de la oposición dominicana al enajena miento de parte del territorio nacional, el Secretario Sewa donó por e1 momento todo propósito de prolongar el asunt Mas,#el Gobierno de Cabral encontrábase cada día en tuación económica más precaria, y frente a la mala fé del gobiern haitiano de Salnave, vióse frente a la necesidad de obtener ayuda extranjera si quería permanecer en el poder. Los partidarios de Báez aumentaban cada día; mientras Cabral mandaba al General Pujol a Washington para negociar de nuevo el arrendamiento de Samaná. Pujol reanudó las negociaciones en Washington el 8 de enero de 1868 pero sus esfuerzos no llegaron a nada, pues antes de fines de mes el Gobierno de Cabral había caído ante las fuerzas del Gobierno Provisional del General Hungria. El 29 de marzo Báez regresó a Santo Domingo y el 2 de mayo fué proclamado Presidente de la República. Báez no perdió tiempo en informar al Gobierno de los Estados Unidos que estaba dispuesto a tratar la cesión del territorio de Samaná a condición de que el Gobierno Americano le avanzara fondos para reparar la situación financiera del país. Báez estaba dispuesto a aceptar un millón de dólares en oro y un millón en armamentos por la venta de la península y de la bahía; pero el Secretario Seward decidió proceder cuidadosamente e informó al Gobierno baecista que su oferta seria

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