110
• consintió en conceder independencia á la Isla de Cuba y ,retirar de allí sus tropas. , España hz·zo frente con reszgnadón á U1za lucha tan • des'igual :v trató solo de defender sus posesiones, aunque • sin más esperanza que la de resz"sft"r en cuanto sus fuerzas .pudzeron permz"tü'lo la empresa de los Estados Unz·dos, y :t!a de salvar su honor. ,Ni las calamidades á que la adversidad nos haya suje, tado, ni el convencimiento que tenemos de que co~tinuando ,en la lucha, nuestras probabilidades de éxito serían muy • exiguas, son razón bastante para impedirnos prolongar .la contienda hasta el completo agotamiento de nuestros , recursos. Pero este determinado propósito no nos ciega • hasta el extremo de no ver las responsabilidades que pe,sarían sobre las dos naciones ante los ojos del mundo civi.lizado si esta guerra hubiera de continuarse ... • Espafia quiere demostrar otra vez, que en esta guerra, .10 mismo que en la que hizo á los insurrectos cubanos, su .objeto no fué más que uno, á saber: el de vindicar su .prestigio, su honor y su nombre. Durante la guerra de la ,insurrección fué su deseo salvar á la gran Isla de los peli, gros de una independencia prematura. En la presente ~ guerra su inspiraCión se ha derivado más bien de senti.mientos debidos á la san~re, que d~ consideración de sus • propios intereses y de los derechos que la asisten en su , calidad de Madre Patria... e Y es en esa virtud que desea, mos saber del Presidente de los Estados Unidos cuáles se,rían las bases sobre que podría establecerse en Cuba una J situación política, y terminarse una lucha que no habría trazón para continuar si los dos Gobiernos convinieren en , el modo de pacificar la Isla., Es notable por más de un concepto esa nota del sefior
Digitized by