Cuenta la historia que Napoleón, al escuchar que el Código Civil francés estaba siendo interpretado por operadores jurídicos, desolado, gritó: "Mi código ha muerto".
Este libro, con sus diversas voces y tonos, tiene la intención de convertirse en un grito esperanzado. Otorgarle una vida dinámica a la Constitución porteña: partir del pasado y pensar en la actualidad con perspectivas de un futuro más igualitario.