La historia del cómo me convertí en un superhéroe

La historia del cómo me convertí en un superhéroe

Todo niño ha soñado y sueña con tener superpoderes, al menos uno, decidir cuál tener ya es una decisión muy difícil de tomar, ¿verdad? Y cómo no, este chico no sería menos. Aquí os presento a Adrián, el protagonista de esta historia.

Antes de nada, decir que Adrián es un chico real que nació un 26 de abril del año 2000, os preguntaréis la razón del por qué elegí a Adrián y no a otro, en esta historia lo descubriréis.

Cabe destacar que él es una persona normal, desde pequeño ha disfrutado con su equipo favorito, ha jugado a videojuegos, ha celebrado sus cumpleaños en familia …

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Bueno normal, normal … no mucho, porque ha hecho lo que muchas personas no se atrevieron, el luchar por sus sueños, hasta el punto de llegar a ser reconocido por una de sus aficiones, los videojuegos, ¿a cuántos conoces que no solo hayan sido reconocidos, sino que participen en competitivos de videojuegos y, todavía más difícil, que se hagan con la victoria a nivel mundial?

Todo está genial, pero … hay algo que Adrián desconoce, y es que nació con un superpoder que le hace único, nuestro pequeño protagonista ha vivido gran parte de su vida sin saberlo.

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Érase una vez un chico llamado Adrián que iba a su colegio como cada día, donde aprendía y jugaba con sus compañeros y compañeras, era tan querido que el día que faltaba al colegio todo el mundo se preocupaba por él.

Desde muy pequeño había días que Adrián faltaba al centro educativo por encontrarse demasiado cansado, aunque lo extraño es que cuando iba al centro de salud siempre le decían lo mismo “Es muy raro, tiene las analíticas correctas, ¿descansa bien?”. ¿Qué le pasará? Esto no se quedó en algo exclusivo de sus primeras edades, al contrario, iba aumentando en cuanto crecía, no obstante, se conformó con la idea del “yo soy así”.

Eso sí, por mucho que hizo esa afirmación como una verdad absoluta, no se rindió y probó a mejorar su resistencia física y mental, hasta llegó a ponerse fuerte como un titán capaz de entrenar a profesionales.

Hasta que llegó el día, el día en el que en uno de esos entrenamientos tuvo un gran episodio de su cansancio, pero claro, él daba tanta importancia a su labor que prefirió continuar pese a ello, ¿qué ocurrió?, que se cayó y no se podía levantar, no le quedaban fuerzas en sus piernas, su vista cada vez estaba más y más borrosa, sus estudiantes corrieron hacia él, poco a poco los ojos de Adrián se iban cerrando, los párpados le pesaban cada vez más, hasta que perdió la conciencia.

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Al día siguiente nuestro protagonista pudo recobrar el sentido y, cuando pudo abrir los ojos …

- ¡¿Dónde estoy, qué hago aquí?! — dijo Adri cada vez más asustado y preocupado a la vez que su vista iba aclarándose — ¿Quién me trajo hasta aquí?

Estaba en la enfermería del centro de entrenamiento. Cuando miró a su alrededor vio cómo no estuvo solo en ningún momento, todos sus estudiantes estaban ahí, dormidos, no se habían separado de él ni un segundo; instantáneamente empezó a notar un río de lágrimas recorriendo su cara, que cada vez estaba más y más humedecida, estaba muy emocionado, se sentía muy querido, pero de repente …

Notó algo de frío y se levantó a cerrar la ventana de la habitación, una vez se volvió a sentar en la cama de la enfermería sintió cómo alguien se sentaba y le susurraba.

- Adrián, ¿me escuchas? — estas palabras llegaron a su oído desde ese mismo lado.

Lo extraño es que no había nadie ahí sentado, sin embargo, sí que escuchaba una voz y el cómo había alguien en ese lado sentado.

- ¿Quién me habla y dónde estás? No tiene gracia alguna — dijo Adrián riéndose, pensando que le estaban gastando una broma.

- Cariño, te hablo desde lo más profundo de ti, estoy en tu corazón — decía esa voz, una que con solo escucharla sentía una caricia en cada una de las partes de su cuerpo.

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- Déjate de tonterías, ¿quién eres? — Adrián empezaba a enfadarse por no saber qué estaba pasando.

- Escúchame, te estoy hablando porque sé lo que te pasa, el motivo por el que desde pequeño tienes esos episodios de cansancio.

- Venga listo, cuéntame — respondió Adri en tono chulesco a esta misteriosa voz.

- Eres un chico especial, eres diferente a cualquier otra persona de tu edad — dijo la voz con un tono cariñoso y tranquilo.

- ¡Ji, aro, tú estás to rayao! — contestó Adrián mofándose sin saber lo que estaba pasando realmente.

- ¿No te has dado cuenta de que cada vez que te pasa eso estás pensando en otra persona antes que en ti mismo? — seguía comentando esa voz — Si realmente quieres saber el por qué, mira justo debajo de tu almohada y lo sabrás.

Este último comentario de la voz hizo pensar a Adrián y le dejó un buen rato reflexionando en silencio.

- ¿Una voz que me habla y no hay nadie? — Adri tenía miedo de estar volviéndose loco — ¿qué hago, miro debajo de mi almohada o no?

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Una vez que nuestro protagonista sacó la valentía que lleva dentro, se lanzó a mirar bajo la almohada, no había nada, pero … ¡Algo se oyó caer al suelo!

Cuando Adrián se agachó para ver qué era …

¡Es un carné de superhéroe! y … ¡¿ a su nombre?! Adrián lo cogió rápidamente y notó una especie de sustancia pegajosa por su adverso, ¡hay algo pegado!

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El chico pensaba que seguía siendo una broma, pero ya empezaba a notarse algo inquieto, ¿quién podría haber sido el gracioso que le ha gastado semejante broma?, además, después de todo esto que ha pasado, ¿Cómo es que nadie se ha despertado?

Adrián continuaba pensando acerca de lo sucedido, hasta que volvió a oír esa voz otra vez.

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- Adrián, vengo con la respuesta a todas tus preguntas, esto no es una broma, esto es real, nadie más que nosotros dos somos conscientes de lo que está pasando, estamos en el mundo originado por mi poder de creación de dimensiones mentales.

- Sí, claro, ahora yo soy un superhéroe y voy a salvar el mundo, ¿no? — respondió el chico mientras se reía a carcajadas.

- Esto no es ninguna broma. Elige, entrenar tu poder o seguir usándolo y volver a caer y preocupar a aquellos que te quieren.

- No quiero que mis seres queridos vuelvan a sufrir por mi culpa, realmente no creo en esa tontería de que tengo superpoderes, pero si me prometes que me ayudarás a no cansarme tanto, iré con vosotros a “entrenar” — acabó accediendo Adrián pensando en lo mejor para sus seres queridos.

Ese día fue el del nacimiento de un nuevo héroe, uno que salvará a la humanidad.

¿Quieres saber cómo continúa la historia de este nuevo héroe?

No todos tenemos la suerte de ser salvados por él, ¿quién sabe?

Quizás tú podrás ser el próximo al que salve.

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Esta historia está dedicada a mi mejor amigo, el que desde el primer día ha estado conmigo día y noche, quien me ha dado la mano día a día, el que no me ha dejado solo ningún segundo y se ha preocupado muchísimo por mí.

Sabes muy bien lo importante que eres para mí mi hermanito, valoro muchísimo cada segundo que me regalas, cuando incluso no teniendo tiempo lo creas para mí.

Tengo que darte las gracias por todas nuestras charlitas a cualquier hora, por todos esos momentos compartidos.

Nuestra amistad ha evolucionado a lo que es una relación de mejores amigos, hasta el punto de que nos ayudamos mutuamente incluso sin saberlo, ya que somos capaces de saber qué le pasa al otro, aunque nos lo niegue (incluso por WhatsApp).

No sé si después de esto me acabarás matando jajaja, pero solo quiero recordarte lo que te quiero y que siempre me tendrás para lo quieras y necesites.

Siempre serás mi hermanito, mi mejor amigo y mi pequeño gigante, la persona que tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho.

Vales muchísimo Adri, muchísimo más de lo que crees, te lo he dicho varias veces, eres increíble, ¿quién diría que nos íbamos a llevar tan bien, eh?

Solo te digo que esta historia no tiene un final, ¿sabes el motivo?, porque todavía tienes mucha historia por escribir, muchas páginas en blanco que cubrir, ya no solo en lo que es el libro de tu vida, sino que sé que vas a escribir ya no una página, sino que vas a escribir muchísimo en lo que es la historia de la humanidad, porque como dijimos en su momento:

Aquí no estamos para pasar de largo, hemos venido a este mundo para dejar nuestra huella y mejorarlo.

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