Diario lector de Alejandro Cruz Sánchez.

Autor: Alejandro Cruz Sánchez.

4º A de Magisterio de Educación Infantil.

Mis recuerdos de lectura.

1

Mis inicios.

1

Mis libros favoritos.

3

Mis libros más odiados.

6

Reflexión final de la sección.

8

Miscelánea en torno a la lectura:

11

Mi decálogo de lectura.

11

Glosario de términos.

12

Mis citas favoritas.

14

Los mediadores Tipos de mediadores.

15 15

Reflexión personal sobre la investigación en una biblioteca.

19

Reflexión personal sobre la investigación en una librería.

Mi selección de libros para el aula.

23 25

Necesidad de una educación literaria en prelectores. 25

Mi corpus de lectura para el aula.

26

Narrativa.

27

Poesía.

32

Teatro.

37

Reflexiones finales: hacia un lector ideal.

40

Referencias bibliográficas.

41

1. Mis recuerdos de lectura.

A. Mis inicios.

La primera experiencia que recuerdo haber tenido con la lectura es escuchar una

serie

de

cuentacuentos de Disney.

Posteriormente fuimos coleccionando los cuentos de Disney que venían como complemento en los periódicos que vendía mi abuelo.

Recuerdo que, antes de saber leer, cogía un libro (recuerdo que era blanco, con las letras celestes y que podría ser un tomo de alguna enciclopedia) y lo consultaba cada vez que jugaba a cualquier videojuego de la PlayStation 1, porque yo leía, en este, todos los trucos para continuar en cada juego (es decir, yo pensaba que en ese libro venía la guía de todos mis juegos).

1

Cuando fui creciendo los fui dejando de lado para amar los libros Nela y el Ratón Pérez (de Alejandra VallejoNágera), Osito (de Else Holmelund Minarik) y, el que amaba aún más y no podía dejar de leerlo una y otra vez, El dragón y la mariposa (de Michael Ende).

Después de esto vivencié, aproximadamente, 4 cursos académicos en los que me distancié de la lectura por placer, hasta que llegó a mis manos un libro que me devolvió las ganas de leer, El misterio del colegio embrujado (de Ulises Cabal), a raíz de este, leí dos libros más del autor.

Posterior a esta experiencia, descubrí la lectura del manga con El Caballero Vampiro (de Matsuri Hino).

Finalmente volví a alejarme de la lectura hasta casi hace unos meses.

2

B. Mis libros favoritos.

A continuación, se verá una lista de estos libros ordenados según el momento de vida en el que me los encontré, es decir, comenzando por el que conocí antes hasta el más actual. ● Nela y el Ratón Pérez.

Esta obra de Alejandra Vallejo-Nágera (autora) y Margarita

Menéndez

(ilustradora) me encantó desde la primera vez que lo vi, creo que lo que más me atrajo fue el ver todo lo que se esforzó para conseguir que se le cayese un diente y que al final se le cayese cuando menos se lo esperaba y que consiguió una carta del Ratón Pérez donde le mostraba dónde iba a colocar su diente.

3

● El dragón y la mariposa.

Esta obra de Michael Ende (autor) y Luis de Horna (ilustrador) es una de las que más me han gustado, me

llamaba

mucho

la

atención cómo un dragón y una mariposa podían tener esos nombres y su posterior amistad. ● El misterio el colegio embrujado.

He elegido esta obra de Ulises Cabal (autor) y Gabriel Hernández Walta (ilustrador) porque fue la que me hizo descubrir a este autor y que, a su vez, me

hizo

darle

otra

oportunidad a la lectura.

Además de que lo conocí porque me lo prestó una profesora y no me costó trabajo leerlo (lo leí en un solo día).

4

● El Caballero Vampiro.

Me encanta este manga de Matsuri Hino (mangaka, es decir, la autora y dibujante) porque fue el que me abrió los ojos al mundo de los mangas,

también

me

llamó la atención su trama desde que lo presentaron en

un

programa

de

televisión Acerca-T (un instituto donde hay clases por el día y por la noche, en este último tramo acuden estudiantes con el secreto de que son vampiros y los del turno de día no saben esto del otro grupo de estudiantes).

5

● MIRAI, mi hermana pequeña.

He decidido incluir esta obra de Mamoru Hosoda (autor)

porque

es

la

primera obra que ha hecho que, mientras que leía sus páginas, estuviese viendo y escuchando cada momento del cuerpo de la obra como si de una animación se tratara.

C. Mis libros más odiados.

Con respecto a este punto no puedo afirmar que los libros colocados en esta lista sean los más odiados, puesto que no le he dado la oportunidad a muchos libros para atraparme; no obstante, he decidido elegir estos porque, por lo que recuerdo, no lograron llamar mi atención en las pocas páginas que leí y, siguiendo uno de los derechos del lector de Pennac (1993), me decidí por dejar el libro sin acabar.

6

● EL INGENIOSO HIDALGO DON QVIXOTE DE LA MANCHA. Esta obra de Miguel de Cervantes es una obra que ni hice el intento de leer por su gran tamaño, eso sí, como conozco, más o menos, su trama (las partes que siempre han enseñado en

televisión,

en

los

colegios y libros con versiones más actuales) no me esforcé en intentarlo, puesto que lo que hizo que me desinteresara su lectura, además de su extensión y que conozco la trama, fue que hay partes con palabras que no entiendo y el tamaño de las letras y la separación de sus líneas (lo que me hacía rechazarlo con más motivo).

7

● El misterio de la cripta embrujada.

Esta obra de Eduardo Mendoza (autor) la coloqué en esta lista porque recuerdo que, por más que lo intentaba, no entendía lo que venía escrito, usaba un vocabulario y una sintaxis

que

no

entendía

(también es verdad que yo tendría unos 11 años y el libro fue

escrito,

según

he

encontrado, en el año 1978).

Tengo la idea de que, si esto no fuese así, posiblemente me habría gustado, porque me lo compré poco después de conocer los libros de misterio.

D. Reflexión final de la sección.

Una vez que se ha desarrollado este apartado se puede observar que tuve un inicio que apuntaba a que iba a ser un lector habitual, me gustaba mucho leer o

8

escuchar todos los días más de un libro; sin embargo, creo que me distancié de la lectura en el momento en el que comenzaron a “obligarme” a leer, lo que hizo que dejara la lectura por placer para encontrarme con una que no me gustaba.

Después de esto, tuve experiencias que me acercaban a la lectura por placer y otras que me volvían a alejar.

Todo esto pienso que es debido a que me tenía que leer unas obras que no me gustaban (a petición del profesorado o que se me compraba sin atender mis gustos).

También se observa que mis preferencias han ido, progresivamente, ampliando y relacionándose, de forma que encontraba historias con un tono de misterio en cada una de estas (el misterio del qué hace el Ratoncito Pérez con los dientes que se lleva, cómo puede ser que acaben llevándose bien un dragón y una mariposa, el qué pasa en ese colegio, cómo sería un 9

instituto con estudiantes que son vampiros y otros que no saben que los otros lo son ...). En esta selección se puede apreciar que el género no es lo único que me es, o era, fundamental a la hora de leer, no podía dejar de lado la extensión del cuerpo de la obra o, cuando ya está empezado, su sintaxis, como pasó con esos ejemplos anteriores, los cuales rechacé por alguna de estas dos últimas características. Con este resumen de mi experiencia con la lectura puedo confirmar que soy una persona

que

ha

experimentado

un

comienzo como “lector” (entendido como alguien que lee por placer), pero que tuvo que dejar ese adjetivo por muchos años para pasar a llamarme “leedor” (alguien que lee por obligación), actualmente soy un leedor con toques de lector (puesto que estoy, progresivamente, volviendo a leer por placer de vez en cuando).

10

2. Miscelánea en torno a la lectura: A. Mi decálogo de lectura.

1. No hay libros malos, sino que no están hechos para ti.

2. Cuando te sea posible, sé tú quien elijas qué libro leer.

3. Atiende lo que estás leyendo, te espera un viaje al mundo de la lectura.

4. Date tu tiempo en la lectura, no corras, disfruta.

5. Cuando quieras comprarte un libro, léelo y no lo dejes ahí guardado sin haberle dado una oportunidad.

6. Intenta sentir lo que estás leyendo, esto te hará viajar a lugares increíbles.

7. No te dejes que la extensión de un libro se interponga en tu relación con él.

8. Comparte tus experiencias de la lectura con otras personas.

11

9. Investiga

acerca

de

aquellas

palabras leídas y que te sean desconocidas.

10. Dale una segunda a esos libros que no te gustaron hace años.

B. Glosario de términos. ● Acuciante: Apremiante, urgente.

(Real Academia Española, s.f., definición 1). ● Ambages: Rodeos de palabras o circunloquios

(Real

Academia

Española, s.f., definición 1). ● Circunloquio: Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente

(Real

Academia

Española, s.f., definición 1). ● Egresar: Salir de alguna parte / Salir docente

de

un

establecimiento

después

de

haber

terminado los estudios (Real

12

Academia

Española,

s.f.,

definiciones 1 y 2). ● Enraizar: arraigar (echar raíces) (Real Academia Española, s.f., definición 1). ● Exacerbación: Acción y efecto de exacerbar

(Real

Academia

Española, s.f., definición 1). ● Exacerbar: Irritar, causar muy grave enfado o enojo / Intensificar, extremar,

exagerar

Academia

Española,

(Real s.f.,

definiciones 1 y 3). ● Renquear: Andar o moverse como renco, oscilando a un lado y a otro a trompicones / Dicho de quien ejecuta un acto o toma una resolución: No acabar de decidirse (Real Academia Española, s.f., definiciones 1 y 3).

13

C. Mis citas favoritas.

La mayor parte de la gente no muere por la edad, sino justo en el momento en el que dejan de soñar.

“Sigue soñando”. Peter-G. Si yo quiero algo, joder ¡Voy a por ello!

Si tengo un sueño yo ¡Voy a por ello!

Si quiero algo yo ¡Voy a por ello!

Cueste lo que cueste yo ¡Voy a por ello!

“A por ello”. Sueños rotos.

JPelirrojo.

Y aunque a veces soy la herida de la espada de Mulán o el Tarzán que no supera el Síndrome de Peter Pan. “Déjate de cuentos Disney”.

14

Brock Ansiolítiko.

“Yo, una persona normal que le va la América.

Alguien que tuvo un sueño algún día, y que decidió que no más, no más sueños.

Por los sueños se suspira, por las metas se trabaja, mucho”.

Humberto Ramos. Conferencia TED.

3. Los mediadores A. Tipos de mediadores.

A lo largo de mi vida me he encontrado con diferentes mediadores (entendiendo la acción de mediar como la de acompañar al niño o a la niña en su conexión con el libro), no obstante, cada uno de estos me ha influido de una forma diferente:

15

● Familia: este agente mediador, se podría afirmar, que solo me influyó a favor de la lectura en mis años de infantil, esto cambió en cuanto más iba creciendo, llegando hasta el punto de no quererme comprar libros por ser una “tontería” (palabra literal que escuché varias veces durante años).

Además de que nunca se me consultó qué libro quería que se me comprase, sino que mi padre venía a casa ya con el libro comprado (nunca me gustaban los que me compraba). A esta edad me pregunto si mi relación con la lectura habría sido diferente si hubiese sido yo quien los hubiese elegido. Los pocos libros que conseguí que se

me

comprasen

insistencia

continua

fueron durante

bajo

mi

meses,

incluso tengo una colección de tomos de un manga a la mitad (que, por cierto, me encantaba) porque se enteró que había una adaptación al anime. Como se puede imaginar, mi familia, al menos la 16

conviviente, no es lectora y no ha sido un buen agente mediador para mí. ● Escuela: durante toda mi etapa de estudiante únicamente he tenido un caso en el que una profesora me animase a leer un libro por placer, fue en 6º de Educación Primaria y porque me prestó el libro El misterio el colegio embrujado, que hizo que me interesara por la lectura de los libros del autor (aunque solo conseguí que se me comprara uno de sus libros y el que me prestó se lo devolví al acabar el trimestre). Es cierto que en mi segundo curso de secundaria teníamos un rato de lectura libre al inicio de cada mañana, lo que hizo que se pudiera crear el hábito lector, pero claro, solo cuando tocaba una clase con una profesora en concreto (esto no consiguió que adquiriese dicho hábito).

He decidido incluir dentro de este agente el alumnado, puesto que también influyó, 17

negativamente, en mi mediación con la lectura, puesto que, después de tanto tiempo intentando tener la colección completa de mi tan amado primer manga, comentaron a mi familia que para qué seguir gastando dinero en un manga cuando está gratis animado. Se podría decir que este es el agente mediador que más me ha influido para bien. ● Bibliotecarios y bibliotecarias: este agente no intervino en mi mediación con el libro porque yo solo acudía a las bibliotecas para estudiar o para realizar trabajos con compañeros y compañeras, por lo que no les di la oportunidad de que me pudiesen conectar con ningún libro.

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B. Reflexión personal sobre la investigación en una biblioteca.

Como previamente comenté, yo a las bibliotecas solo he ido a estudiar y a realizar trabajos; no obstante, recuerdo que, sobre todo, en verano, muchas familias iban con sus pequeños y pequeñas a leer un libro a una biblioteca pública de mi ciudad, pero que, pese a que intentaban hacer el menor ruido posible, las personas que estaban sentadas en las mesas se quejaban con la excusa de que “en las bibliotecas no se puede hacer ruido, que está la gente estudiando”. Esto me hace reflexionar

si

realmente

estamos

normalizando un uso de la biblioteca diferente al original, porque … ¿para estudiar no están las salas de estudio?, además … si tanto molestan los niños y las niñas con los cuentos… ¿por qué no te vas a la zona de arriba con el resto de

19

estudiantes? (la biblioteca a la que hago referencia es una que tiene dos plantas, la planta baja que es la zona “infantil” y que cuenta con mesitas y sillas ajustadas a los niños y las niñas además de las “normales” y la planta de arriba que es más grande y que cuenta con más mesas para estudiar y que es más silenciosa).

Es que, además, se podía observar cómo las familias no disfrutaban esos momentos de lectura, porque estaban más pendientes de que estuviesen sentados y sentadas hablando lo menos posible y lo más bajo que se pueda.

En las escuelas en las que he estado (incluyendo mis etapas educativas desde infantil hasta secundaria en una y la de bachiller en otra), puedo afirmar que recuerdo la existencia de una biblioteca de escuela en ambas, pero que en ninguno de los casos se usaban con la función de la 20

lectura, en una se usaba únicamente como la clase de informática (las vitrinas con los libros estaban cerradas con llave) y en la otra escuela se usaba, al menos en mi etapa de bachiller, como lugar al que ir cuando acabas de terminar tu examen y no ha terminado el resto, aquellas horas que tenías libres o cuando te echaban de clase castigado a dicho lugar (pero se usaba para jugar al ajedrez, hacer tareas, hablar … para hacer de todo menos leer, puesto que recuerdo que eran, mayormente, libros científicos y no literarios). En ambos centros educativos no recuerdo que hubiesen bibliotecas de aula más que en dos clases, en una habían libros de lectura ofrecidos por la docente (6º de Educación Primaria.) y en el otro caso era una biblioteca

donde

cada

uno

de

los

estudiantes dejábamos un libro que queríamos compartir con el resto del alumnado (2º de la ESO); lo que sí que 21

tenían en común todas las aulas que recuerdo de ambos centros es que había un mueble donde se dejaban todos los diccionarios del alumnado.

Como forma de concluir esta reflexión, decir que las bibliotecas, al menos las que yo he visitado, son usadas para hacer de todo, aunque destaca el estudiar, menos leer, lo que es un desaprovechamiento de la funcionalidad original de la biblioteca.

Con respecto a las escuelas que he visitado como alumno de prácticum, puedo decir que en mi segundo colegio de prácticas (en el primero, que es donde de infantil a secundaria, no recuerdo si había o no biblioteca de aula) la biblioteca de centro no es usada por el alumnado de mi aula, pero sí que usamos los libros que están en la biblioteca de aula; sin embargo observo que el alumnado no muestra demasiado interés en los libros de esta biblioteca y creo que es debido a que no han cambiado 22

en todo el curso (siguen los mismos libros de no ficción).

C. Reflexión personal sobre la investigación en una librería.

Reflexionando sobre las librerías, he de decir que muy pocas veces he entrado en alguna, y cuando lo he hecho es para acompañar a alguna persona que quería comprarse algún libro, es cierto que, desde pequeño, cada vez que pasaba por una librería me quedaba mirando a los escaparates, pero nunca entraba por mí mismo; lo mismo ocurría cuando visitaba la segunda planta de El Corte Inglés, donde acudía, siempre, a visitar la sección de cómics y me quedaba mirando, por un buen rato, cada uno de los libros que veía.

Entonces me pregunto el por qué si tanto me interesaba no entraba a la librería a mirar lo que me interesase o, en el caso del

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centro comercial, compraba aquello que tanto me gustaba.

Recuerdo

que,

cuando

entraba,

acompañando a alguien, a una librería, siempre me quedaba fascinado de la cantidad de libros que había, leía cada uno de los títulos de los libros de la sección juvenil y yo mismo me decía “si tuviese que elegir uno, ¿cuál sería?”, si tanto me gustaba hacer eso… ¿por qué no me compraba esos libros que elegía?

Afirmo que me gustaba más el entrar en las librerías por ver todas aquellas historias, secciones, imágenes … (un universo de historias que leer) que, en la sección de librería de los centros comerciales, que la mayoría de los libros eran los mismos (solo me interesaba por la sección cómics).

24

4. Mi selección de libros para el aula.

A. Necesidad de una educación literaria en prelectores.

La información que nos encontramos en nuestro día a día está de forma multimodal, es decir, nos la podemos encontrar en diferentes formatos, siendo uno de estos los libros, por lo que necesitamos saber leer y, para esto, es necesario que la persona construya unas competencias, entre las que está la competencia literaria (que, según consiste en la capacidad de interpretar y producir textos).

Esta competencia se construye a partir de una educación literaria, la cual comienza desde las primeras edades con las poesías que nos cantaban desde bebés (como son las retahilas o las nanas), esto nos va preparando

para

cuando

vayamos

acercándonos a los libros, primero como “lectores oyentes” de los libros que se nos

25

leen y después como unos lectores que leen sus propios libros.

Esta lectura debe ser educada de forma que el sujeto mediador sea capaz de promover el interés por la lectura en el niño o la niña, que será quien adquiera o no hábitos lectores en base a las experiencias que el infante

haya

vivenciado

con

aquel

mediador entre el libro y él.

26

B. Mi corpus de lectura para el aula.

Dentro de mi corpus de lectura para mi aula presentaría diferentes obras, las cuales pueden clasificarse según el género literario al que pertenece:

a) Narrativa. ● El botiquín de la doctora Nora Autora: Miriam Moss Ilustradora: Deborah Allwright Editorial: Edelvives.

Año de publicación: 2020.

27

● El buen lobito.

Autora e ilustradora: Nadia Shireen.

Editorial: Bruño.

Año de publicación: 2013.

● El correo del dragón.

Autora e ilustradora: Emma Yarlett.

Editorial: Edelvives.

Año de publicación: 2018.

28

● El dragón y la mariposa.

Autor: Michael Ende.

Ilustrador: Luis de Horna.

Editorial: Alfaguara.

Año de publicación: 2002.

● Las jirafas no pueden bailar.

Autor: Giles Andreae.

Ilustradores: Guy Parker-Rees.

Editorial: Bruño.

Año de publicación: 2014.

29

● Momotaro.

Autor e ilustrador: Carlos Higuera.

Editorial: La Marca.

Año de publicación: 2018.

● Nela y el Ratón Pérez Autora: Alejandra Vallejo-Nágera.

Ilustradora: Margarita Menéndez.

Editorial: Alfaguara.

Año de publicación: 2003.

30

● Osito.

Autora: Else Holmelund Minarik.

Ilustrador: Maurice Sendak.

Editorial: Alfaguara.

Año de publicación: 2002.

● Por cuatro esquinitas de nada.

Autor e ilustrador: Jérôme Ruillier.

Editorial: Juventud.

Año de publicación: 2014.

31

● Turlututú cuentos mágicos.

Autor: Herve Tullet Ilustrador: Miguel Ángel Mendo Valiente.

Editorial: Kókinos.

Año de publicación: 2018.

b) Poesía. ● ABEZOO Autor: Carlos Reviejo.

Ilustrador: Javier Aramburu Editorial: SM. Año de publicación: 2005.

32

●

Aurelio.

Autor: Antonio Rubio.

Ilustrador: Federico Fernández Editorial: Kalandraka.

Año de publicación: 2016.

● Dinosaurio Belisario Autor: Xosé María Álvarez.

Ilustrador: Carles Arbat.

Editorial: Kalandraka.

Año de publicación: 2006.

33

● Fantasía en poesía.

Autora: Marisa Alonso Santamaría.

Ilustradora: Elizabeth Aguillón Editorial: (autopublicado).

Año de publicación: 2017.

● Honorato.

Autora: Laura Vila Mejías Ilustradora: Andreu Llinàs Duran.

Editorial: Lata de Sal Año de publicación: 2021.

34

● La luna Autor e ilustrador: Ignasi Valios i Buñuel Editorial: Anaya Año de publicación: 2004.

● Poema al pedo.

Autora: Francisco de Quevedo.

Ilustradora: Marisa Morea.

Editorial: Beascoa Año de publicación: 2021.

35

● ¿Qué soñarán las camas?

Autora: Mar Benegas.

Ilustradora: Ester Garcia.

Editorial: Libre Albedrío.

Año de publicación: 2016.

● Trastario.

Autor: Pedro Mañas Ilustradora: Betania Zacarias.

Editorial: Kalandraka Año de publicación: 2018.

36

● Versos de fantasía. Una letra para cada día.

Autora: Rosa María Modrego Tejada.

Ilustrador: Davide Ortu.

Editorial: Istarduk.

Año de publicación: 2015.

c) Teatro. ● Cuentos de lobos Autor: Oldrich Ružicka.

Ilustradora: Mária Neradová.

Editorial: SM. Año de publicación: 2014.

37

● En la cola para el arca.

Autora: Antonis Papatheodoulou.

Ilustradora: Iris Samartzi.

Editorial: Kalandraka.

Año de publicación: 2021.

● Los ratones de don Noé Autor: José González Torices.

Ilustradora: María Isabel Suárez Sitges.

Editorial: Everest.

Año de publicación: 2004.

38

● <<Teatrillos>>

Autora: Isabel Agüera.

Editorial: Narcea.

● Más <<teatrillos>>

Autora: Isabel Agüera.

Editorial: Narcea.

39

5. Reflexiones finales: hacia un lector ideal.

Tras la realización de este diario he empezado a replantearme la razón del por qué no soy un lector en mi día a día, está claro que no puedo decir que la única razón es la, mayormente, mala mediación que he recibido todos estos años, no obstante, yo soy el verdadero motivo, puesto que, después de tantos años, he tenido tiempo de adquirir el hábito lector. Me he propuesto practicar la lectura diariamente o, al menos, leer varios días a la semana. Creo que el recordar aquellas bonitas experiencias que tenía con la lectura cuando era pequeño y el buscar las diferentes obras para el corpus son los principales motivos que me han llevado a querer volver a darle otra oportunidad a la lectura. Además, la elaboración de dicho corpus ha hecho que descubra que hay libros para Educación Infantil que no son cuentos narrativos, sino que existen libros de poesía y de teatro para estas edades; es más, a la hora de la elección de obras, he estado pensando, en todo momento,

40

aquellas que me gustaría llevar a mi aula, sobre todo a la clase en la que realicé mis prácticas este curso y atendiendo a los gustos que compartimos el alumnado y yo (incluso he llegado a pensar en el cómo ambientar la clase para la actividad de cada lectura), puesto que pienso que para que el alumnado disfrute de una lectura, también debe de hacerlo la persona que se los está leyendo.

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6. Referencias bibliográficas. ● Real

Academia

Española.

(s.f.).

Acuciante. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real Academia Española. (s.f.). Ambages.

En Diccionario de la lengua española.

Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real

Academia

Española.

(s.f.).

Circunloquio. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real Academia Española. (s.f.). Egresar.

En Diccionario de la lengua española.

Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real Academia Española. (s.f.). Enraizar.

En Diccionario de la lengua española.

Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real

Academia

Española.

(s.f.).

Exacerbación. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 14 de mayo de 2021.

42

● Real

Academia

Española.

(s.f.).

Exacerbar. En Diccionario de la lengua española. Recuperado en 14 de mayo de 2021. ● Real Academia Española. (s.f.). Renquear.

En Diccionario de la lengua española.

Recuperado en 14 de mayo de 2021.

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