Filosofando Diciembre 2020 - 2

REVISTA VIRTUAL - edición DICIEMBRE 2020 - 2

¿Es hora

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de olvidar?

Por Delia Steinberg Guzmán

La vida está llena de tropiezos, de experiencias dolorosas, de males a veces inevitables que hacen llenar los ojos de lágrimas de solo pensar en ellos. Y por eso nos parece loable el intento de dejar atrás el sabor amargo y los rencores que llenan el corazón y dificultan la acción.

Pero una cosa es trabajar liberados de rencores, y otra muy diferente es hacerlo en perpetuo estado de “amnesia”.

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¿Es hora de olvidar?

Indudablemente la vida está llena de tropiezos, de experiencias dolorosas, de males a veces inevitables que hacen llenar los ojos de lágrimas de solo pensar en ellos. Y por eso nos parece loable el intento de dejar atrás el sabor amargo y los rencores que llenan el corazón y dificultan la acción.

Pero una cosa es trabajar liberados de rencores, y otra muy diferente es hacerlo en perpetuo estado de “amnesia”. Una cosa es la generosidad de corazón que entiende que es necesario continuar siempre más allá de los dolores, y otra cosa es olvidar el motivo de los dolores.

Si un hombre se quema una mano, es mil veces más prudente que busque remedio a su quemadura y que trate de no tener la mente siempre en su dolor; pero en nada le beneficia el olvidar que fue el fuego quien lo quemó.

De ahí que nosotros propondríamos un eslogan diferente: Es hora de comprender…

Es hora de comprender que el conflicto forma parte de la misma existencia,...

Es hora de olvidar…

Este parece haberse convertido en el “eslogan” de los hombres en los últimos tiempos. Y en verdad nos conmueve el hondo contenido de comprensión que encierra esta bella expresión.

Es hora de comprender que el conflicto forma parte de la misma existencia, y que es reflejo entre los hombres del conflicto cósmico que hace que día y noche se turnen en su aparición, que el mar suba y baje sobre las arenas de la playa, que el verano y el invierno se sucedan el uno al otro en una aparente guerra que escapa a nuestro corto entendimiento. Pero la naturaleza nos muestra un conflicto sano, del cual devienen crecimiento y construcción enraizados en etapas de destrucción y silencio. También los hombres tenemos días y noches, momentos oscuros de la civilización y momentos luminosos. Unos y otros tienen profundas causas, y el conflicto marca siempre la llegada de cada uno de esos momentos.

3 De la comprensión nace la sabiduría, y solo de ese modo podremos hacer que las crisis sean un poco más llevaderas.

Está en el hombre el borrar la ignorancia a medida que avanza; y el recuerdo saludable es su mejor aliado.

Por eso es preferible el estudio profundo, la comprensión de esas crisis y no el olvido de ellas. De la comprensión nace la sabiduría, y solo de ese modo podremos hacer que las crisis sean un poco más llevaderas.

avanza; y el recuerdo saludable es su mejor aliado.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra… y eso le sucede porque no recuerda…

Debemos cuidar de quienes nos inducen a un olvido total de la historia: ellos solo pretenden “tabulas rasas”, mentes en blanco, para poder repetir con ellas procesos de revancha y no de evolución. Tal equivaldría a aprender todos los días a caminar, hablar y comer, como si nunca hubiésemos vivido antes de cada mañana. Así solo se pierde el tiempo y la calidad de hombres inteligentes.

Fuente: Web Biblioteca Nueva Acrópolis

Está en el hombre el borrar la ignorancia a medida que

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mejorar comunicacion Como nuestra

con los demas (Primera Parte)

Los seres humanos somos seres sociales, vivimos en continua y permanente interrelación. Una parte importante de nuestro desarrollo se sostiene en los modos que tenemos para conectarnos, comunicarnos e interactuar con las personas que nos rodean, desde nuestra familia hasta la gran familia de la que todos somos parte: la humanidad.

¿Qué significa comunicarnos?

Comunicación implica que fluyan nuestras ideas y sentimientos. Es tender puentes para que esto ocurra. Involucra a dos o más personas.

¿Qué impide nuestra buena comunicación con los demás?

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Nuestros egoísmos y egocentrismos

Nos llevan a querer ser el centro de atención y ser escuchados antes que escuchar. El egocéntrico se interesa en la conversación si es que el tema es de su interés o gira sobre sí mismo. Tiene su propia agenda de lo que quiere tratar, hablar y está esperando que el otro termine para decirlo.

Debemos usar el viejo método chino: dejar que terminen de hablar, esperar unos instantes luego de que la persona nos hable, y contestar.

Así mantendremos un orden y nos comunicaremos con serenidad.

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La espada de Damocles

Cuenta Cicerón en sus “Tusculanas” que en el siglo IV a.C. en Siracusa, durante el reinado del tirano Dionisio I el viejo, había un cortesano llamado Damocles que no hacía más que envidiar ostensiblemente la buena fortuna del gobernante.

Como Damocles insistía e insistía, Dionisos decidió escarmentarlo, proponiéndole que ocupara su puesto por una noche.

Le ofreció un banquete, pero cuando Damocles aceptó ocupar el sitial de honor, advirtió con espanto que sobre su cabeza colgaba una enorme espada suspendida de una crin de caballo, y estuvo toda la comida aterrado por la posibilidad de que la espada se le clavara en el cráneo.

Parece que Dionisio el viejo le hizo comprender así, lo efímero de la prosperidad. Y después de esto, Damocles renunció a ser afortunado.

Fuente: Nueva Acrópolis. Anécdotas Históricas (Junio, 2015).

6 Viene de pág. 4

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La subjetividad

Comunicarse con una persona subjetiva es muy difícil, porque ya está resentido y ofendido, pierde la capacidad de interpretar de manera clara y objetiva lo que le quieren decir, le da más importancia a la forma cómo se lo dicen que al contenido. Toma las cosas de manera personal.

Esto genera una mala disposición para comunicarse.

La subjetividad refleja inmadurez emocional, fragilidad y superficialidad.

Hay que fortalecernos, pues no todo lo que nos digan nos debe ofender, hay que aprender a resistir lo que se diga de nosotros. Habrá quien se exprese de forma brusca en un momento de apuro y/o tensión. Hay que resistir un poco el impacto y asimilarlo.

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El resentimiento

Es guardar una amargura interior, es no perdonar a alguien que nos haya hecho pasar un mal momento o sentir mal, recordar solo lo que creemos que nos ha hecho daño. También es pensar que no nos llevamos bien con esa persona, que tenemos diferencias insalvables de personalidad; guardar y alimentar esas ideas cada día hace que ese resentimiento almacenado por tanto tiempo se vuelva un muro impenetrable que no hay manera de traspasarlo.

Practicar la limpieza y purificación de nuestros sentimientos, porque así limpiamos los canales de la comunicación de resentimientos y rencores. Hay que saber comprender, perdonar, olvidar y quedarnos solo con la experiencia, con la enseñanza de lo vivido.

Comprender es aceptar que nuestra naturaleza humana es imperfecta y que todos nos podemos equivocar.

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Tener prejuicios de los demás

Es acercarnos a las personas con ideas preconcebidas. Muchas veces nos dejamos influir por la opinión de los demás o cometemos el error de llegar a conclusiones apresuradas acerca de la conducta o personalidad de los demás, basándonos en actitudes que vemos ocasionalmente. Los "etiquetamos" sin habernos tomado tiempo suficiente para conocerlos en profundidad.

Los prejuicios nos indisponen, nos vuelven suspicaces y desconfiados.

Hay que acercarnos a las personas de forma transparente, sin ninguna idea de por medio y con una actitud abierta de conocerlos, de darle la oportunidad de entablar puentes con nosotros.

Para mejorar nuestra relación con lo demás es absolutamente necesario dar algo de sí.

Es necesario estar dispuesto a hacer todos los esfuerzos posibles para entablar una relación positiva y profunda.

No se trata de relacionarse con la gente para guardar una apariencia, sino de compartir, de aceptar que cada cual será diferente en cuanto a experiencias, virtudes, carencias, sentimientos y de estar dispuesto a entregar

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El orgullo herido

El orgullo distancia a las personas y anula por completo la comunicación.

Cuando el orgulloso siente que no lo valoran o no le dan razón, reacciona bloqueando, levanta un muro, ya no escucha, no razona, está en otra actitud.

Como el orgulloso siente que tiene la razón es muy difícil decirle algo diferente a lo que él piensa. El orgullo y la vanidad son lo más peligroso que tiene la humanidad.

El orgullo se puede vencer con sentimientos más fuertes como el amor y la generosidad.

algo de nosotros mismos: comprensión, tolerancia, prestar oídos a sus ideas y sentimientos, amistad, en una palabra, amor o cariño por los demás.

En nuestra próxima edición seguiremos descubriendo lo que impide una buena comunicación.

Extraido del libro "Cómo mejorar tu relación con los demás", de la Colección de Bolsillo editado por Nueva Acrópolis.