Meta análisis: Comunicación científica y Periodismo Científico 2011

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se convirtió en director de Nature en sustitución de John Maddox, manifestó lo siguiente en su primer editorial: «Nature proseguirá su búsqueda independiente de la excelencia científica y del impacto periodístico».27 Ahora bien, ¿esos son unos objetivos verdaderamente compatibles? ¿Todos esos artículos se publican en esas revistas porque son científicamente relevantes o, en algunos casos, se publican porque tendrán un claro impacto periodístico? Otro problema se plantea con el embargo de comunicados de prensa que las principales publicaciones científicas como Nature, Science y otras similares practican en su relación con los periodistas. Un embargo significa que el contenido de una revista se envía a los periodistas en el sobreentendido de que no escribirán sobre ese trabajo hasta una fecha y una hora acordadas previamente, habitualmente la fecha en que se publica la revista especializada. Esta práctica de embargar las publicaciones de investigación reprime el periodismo competitivo y favorece la cobertura periodística poco crítica de las noticias científicas y médicas… e incluso fomenta el «periodismo holgazán». Ésta es la opinión de Lawrence K. Altmann, un prestigioso periodista médico de The New York Times. «Yo procedía de una disciplina científica en la que se confiaba en una evaluación por parte de homólogos, pero descubrí los defectos de esa evaluación. Realmente es aquello en lo que los editores de revistas caen en falta». Sus choques con esos editores

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han sido manifiestamente públicos. «Imponer embargos, restricciones y penalizaciones, que es lo que están haciendo, crea una atmósfera en la que se produce periodismo holgazán. La gente piensa que lo único que deberían hacer los periodistas es ejercer de animadores, citando y haciendo de altavoces… Pero eso no es periodismo». 28 En los últimos tiempos, muchos otros analistas de comunicación científica han criticado este modo de hacer las cosas. Vincent Kiernan (vicedecano de la Escuela de Educación Contínua de Georgetown y ex redactor de Chronicle of Higher Education publicó el libro Embargoed Science (Ciencia embargada) en 2006, una crítica convincente del autoenaltecedor sistema de embargos que actualmente rige las relaciones científico-editor-periodista.29 Los editores utilizan el embargo de la revista como una herramienta de marketing para obtener la máxima publicidad posible para sus publicaciones. El control de la información a través del embargo genera una «impresión de inmediatez». Pero es una impresión equivocada. La idea imperante tras el embargo de revistas es negativa: se trata de un mecanismo para restringir, y no para promocionar, la comunicación de la ciencia a la prensa y al público. En cierto modo, los editores de revistas científicas y médicas han adquirido el poder de decidir qué periodistas tendrán o no acceso privilegiado a la información. Kiernan concluye que este procedimiento es manifiestamente contrario al interés público. Los embargos generan una

COMUNICACIÓN CIENTÍFICA Y PERIODISMO CIENTÍFICO


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