Edición No. 08

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La fábrica de las recompensas

Por: Ivonne Rocío Romero Brito Directora

y los falsos positivos Por: Jefferson O. Corredor ACEU-UIS

Guillermo Baquero Comité Ejecutivo ACEU

Después de un receso en nuestras actividades; hemos aprovechado este tiempo para pensar y consolidar la perspectiva y proyección de nuestro periódico, forjándolo en la posibilidad de hacer de La Mochila un medio de expresión escrita, de información y formación del estudiantado universitario colombiano, que permita a los estudiantes, docentes, y otros miembros del movimiento universitario, expresar sus opinar libremente, sus inquietudes, críticas, análisis sobre la situación nacional, educativa y las necesidades o realidades de las diferentes universidades del país. Es así, como este periódico pretende convocar a la acción transformadora dando a conocer al movimiento universitario las problemáticas nacionales y educativas, como las diferentes propuestas de organización o acción en la búsqueda de soluciones o alternativas de resistencia. Tenemos muchos retos por cumplir: entre ellos, consolidar un equipo de corresponsales a nivel nacional, que nos permita comunicar el estado de cosas de las universidades del país y elevar los niveles de comunicación y articulación del movimiento universitario. Por lo tanto, queremos invitarlos a que sigan trabajando con nosotros, difundiendo el periódico, escribiendo y aportando a la construcción de este proyecto que es de todos los universitarios del país. Además, debemos impulsar nuestras reivindicaciones y conflictos estudiantiles hacia los cauces crecientes de las luchas del movimiento social y popular colombiano, que ha dado lecciones de dignidad desde su profundo sentido de justicia y libertad, por eso, no olvidamos a los soles emergidos de la mano de los cortadores de Caña o los pasos inmutables de los pueblos indígenas que caminan la palabra, que caminan de cara a los enemigos de la paz y la democracia, de cara a los que sepultan el dialogo con el tableteo del fusil y fustigan el ejercicio de la verdad. A menos de dos años del bicentenario de la independencia de nuestra Colombia, los estudiantes debemos reforzar el aliento libertario que bordea nuestras fronteras y que galopa desde el suroccidente con la minga vinculante, de resistencia al peso de nuestras vergüenzas, como dirían los compañeros de CórdobaArgentina en 1918, las vergüenzas que nos quedan son las libertades que nos faltan y sin duda, este será el año en que debemos contar algunas vergüenzas menos de todas la que nos someten como pueblo, hambriento de un todo en vías de la democracia. Soportar el extermino de nuestras libertades civiles y políticas, con eso que llama ahora la aberración hecha presidente “el bloque intelectual de las FARC”, equivale a cargar los fusiles con los que se extermina a las y los colombianos del campo, de la ciudad, de nuestro barrio y de nuestra casa, que inermes son presentados como falsos positivos por la fuerza militares. Podremos pecar por una emotividad excesiva, pero no por defecto de ella, como estudiantes tenemos más por ganar que por perder, por eso hoy hacemos el llamado a nunca olvidar lo hecho por nuestros próceres, hacemos el llamado que haría un día el che, seamos realistas soñemos lo imposible.

Con la desaparición y posterior asesinato “en combate” de decenas de jóvenes en diferentes partes del país ha quedado demostrado que con el pago de recompensas se ha montado una verdadera fabrica, que viene aplicándose desde el momento que sube a la presidencia el señor Álvaro Uribe Vélez Recordemos que en el primer año (2002) de gobierno fueron llevados a la cárcel centenares de colombianos, acusados de rebeldes e insurgentes por delatores a sueldo, a los que se pagaba “recompensa” y que sustentaban sus acusaciones (como quedó demostrado) en versiones fabricadas por las distintas regionales del país que Inteligencia Militar del Ejército –RIME- y del CTI de la Fiscalía eran farsas totales; por lo cual de compatriotas tuvieron que ser dejados en libertad tras caerse el tinglado de las acusaciones contrahechas y producto de la colusión de cuerpos de inteligencia y delincuentes comunes, lo cual dejo al desnudo y la opinión del todo el mundo, que el producto de recompensas fue compartido por delatores y fabricadores de las acusaciones. Pero como los “falsos positivos” en la tónica de mostrar resultados y cobrar las recompensas se cayeron estrepitosamente, se acudió al más fácil experimento de “reclutar jóvenes”, o mejor secuestrarlos, llevarlos a lugares alejados y luego asesinarlos, haciéndolos aparecer como delincuentes de diferente laya, para obviamente cobrar las recompensas, sin el temor del encarcelamiento, con las más rotunda tristeza para nosotros que los muertos no hablan ni pueden defenderse; no pueden debatir la prueba ni aportar otras.

desaparición, de jóvenes trabajadores, lo que de una u otra manera se rebuscan la vida y bajo el engañado son aniquilados de la faz de la tierra. Lo que no puede excusarse con la respuesta del Presidente de que “el combate contra 'delincuentes' no puede llevar al asesinato”. Estos no eran delincuentes, como está ya comprobado; eran jóvenes desempleados a los que se engañó, ofreciendo empleos y labores, para luego ser acribillados con saña en una alianza terrible entre mandos militares y de inteligencia y delincuentes de las llamadas autodefensas, socios y cómplices de los jefes de tropas. Por eso además de ser un deber moral, los estudiantes universitarios, debemos exigir el esclarecimiento y el castigo a los responsables, comenzando por quienes establecieron la política de recompensas que ha llevado a esta inaudita forma de crimen y quienes la han continuado, como el ministro de Defensa y el alto mando militar; incluyendo el presidente Uribe como jefe máximo de las fuerzas militares; es una obligación acudir a exigir en las calles que todos los implicados respondan. Es obligación de los organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales, exigir que estos crímenes se investiguen y castiguen por la Corte Penal Internacional. ¡Es una obligación no quedarnos callados!

Es ese el escabroso mecanismo que ahora queda a la luz con el terrorífico asesinato, tras la

Secretaría de Comunicaciones DIRECTORA: Ivonne R. Romero Brito / COMITÉ DE REDACCIÓN: Guillermo Baquero, Andrés Paredes, Jefferson Corredor, Camila Salazar, Heidy Trespalacios, Juan Carlos Albarracín / COLABORADORES: Jorge Virviescas / DISEÑO: Juan Carlos Albarracín (jcarlosneiva@gmail.com) / CONTACTO: www.aceucolombia.org - lamochila@aceucolombia.org

Tomado de Revista Semana. 24 al 28 de noviembre

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